No, por favor, no me entiendan mal. Ganas de ganarle al Madrid tengo —como poco— las mismas que usted que me lee. No quiero decir que no sea tenido en cuenta lo que vaya a ocurrir esta noche. Básicamente, porque si es una victoria el júbilo nos va a hacer dar cada resoplido que con el viento podríamos empujar el Barco del padre Vicky el vikingo de vuelta hasta tierras nórdicas.

Pero miren, por más que Neville vendiera en rueda de prensa una buena segunda parte de su equipo en El Madrigal, a mi me da la impresión de que el equipo no acaba de arrancar. Esboza leves mejorías, pero no son suficientes. Evoluciona tan lentamente partiendo desde el abismo en el que se lo encontró el técnico inglés, que no alcanza para las necesidades actuales: básicamente la de ganar partidos.

Al momento del equipo no le ayudan las bajas, para nada. Y máxime cuando llega un equipo del potencial del que viene hoy a Mestalla.

Pero si llega una derrota, la realidad es que esa no es mi mayor preocupación. Y no lo es porque es cierto que sumarías siete semanas sin ganar y cuando veas la tabla clasificatoria te van a entrar los siete males. Pero que en esa situación no te metes por perder contra el Madrid, te metes por las cinco semanas anteriores. Y da la impresión -ojalá sea errónea- que el tren de Europa está ya varias estaciones por delante de ti. Y mira que un triunfo la liaría gorda en el bando rival,y eso nos gusta a todos, para que engañarse.

Yo creo que esta noche hay que recibir a Rafa Benítez como lo que es. El mejor entrenador que ha tenido el Valencia en su historia. Y será muy bonito asistir a la sarta de estupideces que se dirá desde Madrid para justificar que esa afición tan mala, la de Mestalla, ovaciona al entrenador al que están queriendo matar allí desde que llegó este verano.

Y no seré yo quien diga que Benítez no se está equivocando —fundamentalmente por no ser Rafa Benítez—, pero sed conscientes que en muchas de esas críticas que le caen al actual entrenador del Madrid, está el recuerdo de ser el tipo que a base de método y trabajo le reventó dos ligas al glamour de los galácticos. Y eso —por lo visto— ni se perdona, ni se olvida.

Pero volviendo a lo nuestro, nada me gustaría más que una victoria esta noche. Pero si no llegara hay que comenzar a preparar lo que queda de liga y la Copa.

Por cierto, el Valencia no estuvo bien en El Madrigal, cierto. Pero el arbitraje de Álvarez Izquierdo fue nefasto. Por malintencionado y sibilino. Está resultando demasiado barato pitarle mal al Valencia. Señora Layhoon, mande a alguien a Madrid cuanto antes a ser la mosca cojonera de árbitros y Comités. Se sigue demostrando que el otro fútbol también funciona. No seamos ‘primaveras’.

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