Empezamos el año€ ¡y ya deseamos que se acabe la temporada! No damos una a derechas, y si algo puede salir mal, parece que saldrá mal. El miércoles nos dieron las campanadas en Villarreal, aunque debo decir que a mí el equipo me gustó, sobre todo en la segunda parte. Pero cuando mejor estábamos ¡zasca!, Bruno marcó el gol del año. Si lo llega a meter ´Cristianito´, tenemos libre directo hasta en la sopa, repetido hasta que la chavalería acabara imitando sin éxito poses y gestos en los partidillos amateurs debajo del río. Lo peor es que tuvimos oportunidades, pero Alcácer no tuvo el día y Negredo no tuvo el trimestre. Del árbitro, olvídense. Los árboles no les dejarán ver el bosque. Hubiera dado igual que nos pitara Voro vestido de negro. La diferencia entre ambos equipos la marcan los 11 puntos que se llevan. Ni más, ni menos. Los ´groguets´ consiguieron una victoria de Champions.

Desequilibrio

Cuando digo que se olviden del árbitro, me refiero al del partido contra el Villarreal. Pero ojo, que vistos los arbitrajes que están teniendo Madrid y Barça, no podemos confiarnos. Igual que se distingue a futbolistas de jugadores de fútbol, va a empezar que ir distinguiendo a árbitros de señores que llevan un pito en la boca. Al final el mundo, en general, está montado para dos fuerzas. En la política pasa igual: hay dos partidos mayoritarios que gracias a una controvertida ley electoral y el sistema d´Hont de reparto de votos, tocan a más escaños en caso de igualdad de votos con un partido minoritario. Pero en el fútbol ya no queda ni disimulo. Como en el cómic de Mortadelo en el que expulsan al jugador por dar un ojazo a otro en el dedo.

Física

Afortunadamente, el deporte tiene elementos intangibles imposible de controlar. Que la pelotita entre o no, sigue dependiendo en gran parte de la geometría y de las leyes de la física. Por eso, hoy en Mestalla no se puede consentir la más mínima influencia de decisiones subjetivas en el resultado final. Nosotros pondremos la presión, pero necesitamos que los chicos saquen las castañas del fuego. Neville hace lo que puede, atendiendo al estado físico de la plantilla „pésimo„, el nivel futbolístico de los chicos „normal y corriente„ y su experiencia como entrenador de élite „de estreno„. Pero hay cosas en las que, por mucho que el entrenador quiera, no hay tutía. Me refiero a decisiones de jugadores tiernos que solo con experiencia se pueden pulir.

Veteranía

Regates en zonas inoportunas, faltas cometidas dentro del tiempo añadido, o tardar un año en sacar el córner fuera de tiempo para acabar lanzándolo al palo corto y raso, en lugar de meterlo a la olla. No se trata de señalar a nadie. Son como niños. Bueno, son niños, en el sentido más noble. A una mayoría de ellos les falta una cocida, un grado de veteranía. Al final resultará que Layhoon tiene razón y que la paciencia es la madre de la ciencia. Al menos, el Madrid llega en un buen momento para nosotros, con sus propias movidas, y eso que luchan por todo aún. Pero aquel club es una trituradora de entrenadores y una fábrica de titulares, así que su caos mediático nos viene como anillo al dedo de Frodo. Si por un casual hoy convertimos Mestalla en lo que debe ser y les ganamos, la victoria anímica será esencial para subir la autoestima del grupo.

Merengues

Pero ellos tienen lo suyo a cuestas. Acusan a Benítez de haberse plegado a las exigencias de quien lo contrató. Bueno, no conozco empresa en la que eso no suceda. Pero como debe de ser de los que te persigue por los pasillos con los dibujos de las tácticas y no debe pasar ni una, se ve que a las figuras eso les estresa. Llega aquí la crema del merengue con más movidas que una clase de bachata. La última es que a James le perseguía la policía de paisano, con la sirena puesta y a voz en grito por el megáfono, porque al parecer iba por la M-40 nada menos que a 200 por hora. Le persiguieron hasta el campo de entrenamiento y€ ¡detuvieron a la policía en la puerta! Todo muy loco. Igual llevaba la música tan a tope que la sirena le parecía un ritmo sincopado de la canción.

Sueños

No ha habido tanta comedia con un megáfono en Navidad desde José Luis López Vázquez en «Plácido» gritando: «¡Ponga un pobre en su mesa!». Entre eso, las movidas de Benzema, que si a Isco le sientan en la grada, que si su jugador franquicia no está motivado, que si se han caído de la Copa por hacer un «Valdano», etc., quiero pensar que este año el Valencia puede volver a dar un golpe de efecto y salir de la mediocridad en la que se ha instalado. Siempre hemos sido el revulsivo. Siempre hemos conseguido lo que nadie se esperaba, para bien y para mal. ¿Por qué no hoy, también? Se huele la victoria desde Oklahoma. Esa es mi porra, y esta mi jugada: saca Jaume, Cancelo, Parejo, André, Paquito y PUM. 1-0 y al corral. Lo sé. Soy como un niño. ¡Déjenme soñar! Amunt.

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