Este artículo tiene algo de sorprendente. No pienso hablar de la vuelta de la Copa. Ni pienso hablar de Amadeo Salvo y su puesta en escena el pasado martes. Ni en este momento me importan mucho Peter Lim, Lay Hoon, Gary Neville, García Pitarch o quién haga falta. Hoy voy a hablarles de la única verdad que tiene el fútbol y esa verdad, referida al Valencia, tiene mucho que ver con la reunión que mantuvieron por su cuenta y riesgo únicamente los profesionales del Valencia, que me llega más que cualquier otro encanto que tenga estos días que ver con nuestro Valencia Club de Fútbol.

Ellos solitos

No se quién fue el organizador pero entiendo que en estos momentos eso queda casi como un asunto secundario. Lo importante es que los que juegan a fútbol de verdad, los que llenan o vacían de verdad el corazón de la gente, se reunieron en Paterna para analizar lo que está sucediendo y en la medida de lo posible ponerle una solución inmediata en el próximo partido de la Liga -en casa contra el Espanyol, el sábado-. Y sí, yo aplaudo lo que han hecho los jugadores y aplaudo a la conclusión que han llegado. Son ellos, fundamentalmente ellos, los que ganan o pierden los partidos más allá de toda la parafernalia que rodea un club de fútbol.

Conclusión clara

Y sí, llegaron a una clara conclusión o adoptaron una conclusión innegociable que sin duda alguna supone un paso adelante para el Valencia. Se reunieron y hablaron. Y hablaron claro. Y han llegado a una conclusión que hago mía -vale, vale, yo no estaba en esa convocatoria- porque es la única gran verdad que esconde el fútbol desde que fue parido como deporte. Ellos, los futbolistas, pueden estar rodeados de mucha gente, pero son ellos los que entienden de qué va este negocio o son ellos precisamente lo que cobijándose unos a otros nos pueden sacar del apuro en el que nos encontramos. El Valencia está mal, qué duda cabe. Pero esa frase -el Valencia está mal- también incluye a los jugadores, a su pretigio, a su cotización presente y futura y a la confección de su currículum.

Si ellos quieren

Miren, que la temporada está prácticamente perdida es algo obvio. Pero aun nos quedan dos cuentas pendientes de absoluta importancia. Nos queda salvar la Liga de la forma más honesta posible y nos queda por afrontar la Europa League también de la forma más honesta posible. Y para esos dos caminos, para esas dos causas, yo encuentro fundamental la reunión a solas de los jugadores. Ellos saben donde están y lo que se juegan. Y es su futuro, fundamentalmente el de ellos, el que está en juego más allá de los líos que nos son propios a los valencianistas casi casi desde que nos fundamos. Concluyo. Me quedo con el mensaje que me dicta esa reunión secreta y con la sensación de que ante el Espanyol este próximo sábado vamos a ver un Valencia distinto. Vale, sí, será un Valencia de Neville... pero jugará como al Valencia le interesa jugar partidos a partir de ya. Y con Alcácer, ojo, un futbolista actualmente fundamental en el sentir y en el hacer de este equipo.

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