ualquiera hace una pancarta. Y el contenido de la pancarta no es la voz de toda una afición. En cambio, la pancarta que se mostró ayer en la ciudad deportiva de Paterna es de las que cualquiera suscribiría en estos momentos: «Creemos en vosotros. Sí se puede». Ese es el mensaje que necesita el equipo. Porque el partido del sábado es una final y tenemos la suerte de que se juega en casa. La afición ha demostrado una gran madurez y ha entendido que el equipo está grogui y necesita su apoyo incondicional para salir del barro. Las últimas semanas han dejado imágenes desagradables como la llegada del equipo a Paterna procedente de Barcelona, la conversación de André Gomes con los aficionados en el parking de la ciudad deportiva, el altercado de Neville en el aeropuerto de Manises, un Mestalla vacío en una semifinal de Copa o la pancarta que esperaba a Amadeo Salvo en su entrada al hotel donde hizo su rueda de prensa. La afición es libre de manifestarse cómo y cuando quiera, pero esas escenas proyectan en el exterior una imagen irreal de la afición del Valencia. Y enseguida hay mucho ‘carpanta’ que, desde el desconocimiento, se atreve a opinar y a juzgar a la afición del Valencia desde más allá de Tarancón, cuando lo que deberían es centrarse en sus asuntos mesetarios. Lo dicho, unos carpantas.

El auténtico Mestalla

La auténtica afición de Mestalla es la que el sábado llenará Mestalla, la que convirtió en trending topic el hastag #ElValenciaSiempreSeLevanta, la que envía cada día mensajes al Murciélago de Levante Televisión y notas de audio por WhatsApp al Esports 97 Nit y la que lee a diario este periódico. Esa afición es la que el sábado empujará al equipo hacia la victoria contra el Espanyol, como ya sucedió aquella tarde de abril de 2002 con Pipo Baraja en el papel de héroe. ¡Qué momentazo!

Paco, sálvanos

Si preguntamos en una encuesta a qué jugador del equipo se encomienda la afición para salir del pozo donde se ha metido, un porcentaje muy elevado diría que Paco Alcácer. Como diría Amadeo Salvo, me la juego ahora mismo que Paco gana, pero por goleada. La mejor noticia de la semana es ver a Alcácer recuperado. Él es la gran esperanza blanquinegra. El delantero de Torrent estaba en un gran momento de forma cuando se lesionó ante Las Palmas en Mestalla. El parón puede haberle afectado, pero Paco es de esos jugadores que siempre están finos, que huelen la sangre y tienen el instinto afilado. Delante tendrá un rival que es un flan, tanto o más que el Valencia. Así que por el acierto de Alcácer pasan muchas de las esperanzas de victoria valencianista el sábado y en lo que resta de temporada. Gary, mételo en una urna y no lo saques hasta dos horas antes de la final, hazme caso. Y al Coronel Enzo Pérez, más de lo mismo.

La lógica de Lim

Un entrenador que lleva tantos partidos sin ganar en Liga no lo aguanta ningún club… Menos el Valencia. Parece que aún no nos hayamos concienciado de que la lógica de Meriton o mejor dicho, de Peter Lim no es la lógica del valencianismo. Tenemos la memoria muy corta, tal vez por la sucesión de acontecimientos que devoran a cualquiera, pero a Nuno Espirito Santo tardaron en despedirlo una eternidad. Y la decisión posterior, traer a un novato como Gary Neville, se ha demostrado que fue otro error enorme de Lim. Es por esa razón por la que me da pánico el hecho de pensar que el Valencia no gana al Espanyol y el propietario decide cambiar de entrenador. ¿A quién pondría? Porque todos pensamos en Voro, pero el de l’Alcudia ya advirtió que no le ilusiona en absoluto comerse ese marrón otra vez. ¿Y si trae a otro amiguito del alma que no vale para sacar esto adelante? En ese caso, claro está, Suso García Pitarch debería coger el montante y abandonar. Pero eso no va a pasar, ¿verdad que no?

Piscina de David Ruiz

Esos medios británicos —y alguno mesetario— que se burlaron de la caída del juvenil del Valencia David Ruiz en Celtic Park son unos auténticos carpantas. Me gustaría ver cómo caerían ellos al césped si hubieran sufrido la misma rotura de ligamentos que David. Piscinazo, decían. Desde aquí envío un fuerte abrazo a nuestro crack y le hago una proposición: cuando estés recuperado, te haces un selfie en la piscina levantando la Youth League. ¡Eso sí que sería un piscinazo!

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