Nos ha tocado el Athletic Club en la Europa League y, para celebrarlo, nos vamos a ver las caritas esta tarde en Mestalla. Esta casualidad, fruto de la diosa Fortuna, de jugar varios partidos seguidos contra un mismo equipo la vemos cada dos por tres pero a mí me toca los bemoles. ¡Qué tensión, qué innecesario este exceso de encuentros entre equipos! Le ha pasado últimamente al propio Athletic Club con el Barça. En los últimos años pasaron de encontrarse en alguna final ocasional e incluso asumir con simpatía sus derrotas, a estar hasta las narices de las fintitas del Neymar ese. Y es que lo mucho cansa. Y si siempre sales perdiendo, de la gracia pasas al cabreo sordo.

Machacar

En Europa uno esperaría un cruce exótico o romántico, como el United, el Liverpool o el Borussia. Pero nada, toca Bilbao. Esperemos no acabar hasta los mismísimos de Valverde y Aduriz, que va para la Selección desde que nos dejó. Al United, en cambio, le ha tocado el Liverpool. Allí deben de estar pensando lo mismo. ¡Con lo grande que es Europa! Para llegar a esta eliminatoria descafeinada hemos tenido que dejar en Austria una cicatriz en forma de número 10 que van a tardar en olvidar. Este equipo nuestro es de lo que no hay. Igual pierde contra el más inesperado que bate récords en Europa. Me sabe mal por el Rapid, ningún profesional merece salir humillado de esa manera. Pero claro, luego ves la pancarta con la que nos recibieron y te dan ganas de firmársela al final del partido para que se la queden de recuerdo€de recuerdo de los diez chufos que les metimos, claro.

Pancartas

El fútbol siempre ha tenido cerca mucho corto mental, gente sense trellat que cobija su mediocridad en la masa. Ahora suenan menos que antes. Pero cosas así deberían conllevar el cierre del estadio, sin piedad. Sólo hay una fórmula para responder: ganar, ganar y ganar. Al final, han dejado la imagen de su club por los suelos. La única lectura positiva, si puede haber una, es que estas cosas a veces generan el efecto contrario al que se pretende en el otro equipo. Que esto pase en la Europa ´civilizada´, donde se vanaglorian de ser tan educados y formales, es para mear y no echar gota. Como allí hace tanto frío en invierno, les hemos dado un poco de ´caloret´. ¡Que no se diga que no compartimos las cosas buenas de nuestra tierra!

Youth League

Esta semana tuvo además bastante chicha el enfrentamiento en la Youth League del Juvenil frente al Chelsea. Que metimos un penalti€¡y el árbitro no lo vio entrar! ¡Toma ya! El club más rico del mundo usa porterías de goma. El Valencia CF hizo una queja oficial y en la UEFA van a valorarla, pero de momento el sorteo de la siguiente eliminatoria metió en la bolita al Chelsea, aunque se ha retrasado la cosa. Siempre he defendido que el uso de la tecnología generará más diferencias entre el fútbol rico y el fútbol pobre, y no soy partidario. La mayoría, sí. Pero considero que la cercanía de este deporte reside en que a los de la élite les puedan pasar las mismas tontunadas que a los mortales en los partidos debajo del río. De todos modos, para resolver esto no hacía falta tecnología punta. Sólo un árbitro asistente colocado detrás de la portería. Y que bajo el famoso método del susurro en la oreja pudiera decirle al árbitro: «Oye, que la has ´cagao´». Y ya eso me parece un lujo. ¡En el río ni siquiera hay asistentes!

Factor humano

Pero al menos la solución depende de personas. El factor humano es lo que genera el debate en las tertulias y en los cafés. Sin él, todo sería más aburrido. Si la moviola se instaura en nuestras vidas al final se vería que el penalti no es penalti, que la falta no es falta, que lo que le dijo menganito al oído al otro es roja€ Pretender rearbitrar con cámaras slow motion lo que sucede a 130 pulsaciones por minuto es un desastre, porque se acabaría con la picardía, con la espontaneidad, con la imperfección. Este es un deporte de tramposos. A veces, la trampa es lo único que salva al débil frente al poder de talonario de los ricos. El fútbol de toque es precioso, pero una trampa bien hecha puede ser preciosa, también. Y lo bonito de las cosas es que sean imperfectas. El fútbol lo es. ¿Deberían haber tirado los ingleses un penalti fuera para compensar? Depende. Si están compitiendo al máximo nivel, no. Si están educando en valores a los jugadores, sí. Me temo que nadie sabe responder a eso.

Presidente Infantino

Del negocio, ni hablamos. El nuevo presidente electo de la FIFA es el calvo de la lotería€de los sorteos de Champions. Su aportación impagable al deporte le ha llevado a las más altas cotas. Ocho presidentes ha tenido la FIFA en 112 años. Y dos de ellos, al parecer, duraron menos que un caramelo en la puerta del cole. Como decía Mafalda, esto no es el acabóse. Sólo es ´el continuóse del empezóse de ustedes´. En el fondo, es un cotarro muy bien montado. Tanto que ahí están Villar Sr. y Jr., en la foto, la mar de contentos. Nosotros, mientras, a lo nuestro. ¡Un domingo más a las 4 pm! A fastidiarnos la siesta hoy. Está claro que el que programa los horarios no la duerme. Es más, ni come. No debe de tener ni familia. Pero habría que explicarle que en Valencia, donde no nieva, la gente tiene vida.

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