Que te quede claro, Salvatore, no es que haya una apuesta por una competición sobre otra. No es que se priorice Europa sobre la Liga (porque de ser así, hubiera tenido que empezar el cuento por priorizar la Champions para no caer a la Europa League), no es que se priorizara la Copa del Rey sobre la Liga. La diferencia es que en la Liga están todos y en los torneos de eliminatorias sólo te enfrentas a algunos. O sea, tomando el ejemplo de la Copa, mientras tu camino fue Barakaldo, Granada y Las Palmas todo fue de cara. Cuando se te cruzó por delante el Barcelona, el guantazo fue sonoro y a mano abierta.

En Europa League de momento te has cruzado con el Rápid de Viena (al que las malas lenguas rebautizaron como el ‘Rápid Verbena’) con un 10-0 favorable. Visto lo que este mismo Valencia está ofreciendo en la Liga es muy posible que el conjunto austríaco tendría algún problema para mantener la categoría de militar en nuestro campeonato.

Dicho claro, raso y dolorosamente directo, Folgado: no hay apuesta porque esta es una temporada tirada a la basura. Primero por el propietario, luego por sus personas de confianza y amigos colocados en el club y finalmente por los profesionales.

¿Te estoy diciendo que el Valencia CF no tiene ninguna posibilidad de eliminar al Athletic? No, falso. Cualquiera que haya visto fútbol sabe que, a cierto nivel, cualquiera le puede plantar cara a cualquiera. Pero también que ahora mismo los favoritos para pasar son los vascos.

Esta es una temporada desperdiciada. Y eso lleva a ser conscientes de que no en todos los años malos en la Liga vas a poder edulcorar las cosas. No en todos los años malos vas a levantar una Copa del Rey —como en la temporada de Koeman— o no en todos los años malos vas meterte casi en una final de la Europa League, como en la campaña de Pizzi. Eso no ocurre siempre que vienen mal dadas en la competición doméstica. Es más, me atrevería a decir que los años de Koeman y Pizzi fueron la excepción. Cuando viene una temporada mala, y esta lo es, lo normal es llegar en el día a día según el rival y la situación. Luego, el fútbol y los bombos proveerán.

Aún así no me resigno a bajar los brazos antes de lo que toque. Como dicen en las pelis de policías, si no hay cadaver, no hay asesinato. Así que, asumiendo lo nefasto de la campaña actual, los partidos hay que jugarlos.

Pero no me vengas con prioridades. No es que se priorice, es que se llega hasta donde se puede.

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