Esta es de esas pocas veces en que no tengo una clara respuesta a la incógnita de la pregunta que nos plantean. Y mira que no discutir contigo me cuesta trabajo. Es ya un hábito adquirido como el de cepillarse los dientes después de cada comida. Pues te lo reconozco, quiero creer pero me asaltan las dudas. Y quiero que el lector tenga claro que las dudas no son certezas. Que el hecho de dudar en voz alta no supone una seguridad inquebrantable que me conduce a la negatividad. Pero no sería honesto proclamar una fe ciega cuando hay hechos que, al menos, te obligan a mantenerte en guardia.

De entrada, hay que retrotraernos en el tiempo. Concretamente desde el momento en el que Suso García Pitarch llega al club. En ese paso Meriton reconoce su error de haber destruído la estructura deportiva existente que ha dado pie a la lamentable temporada que estamos viviendo. Teniendo claro que cualquier decisión final pasa por el visto bueno del propietario (como en cualquier empresa del mundo) la primera cuestión es, ¿qué capacidad de autonomía va a tener Suso en la confección del proyecto 2016/17? Es decir, sabiendo que hay un director técnico, ¿qué porcentaje de sus informes va a ser tenido en cuenta a la hora de establecer los criterios de reconstrucción de la plantilla?

Ese es el quid de la cuestión. Desde el punto de vista de que el propietario se está reuniendo de manera continuada con él en Valencia, parece que cuanto menos, se le escucha. No es que sea para tirar cohetes, pero viniendo de donde veníamos „la nada más absoluta„ ya es un paso. Pero por otro lado, hay algo que me intranquiliza. Y creo que no sólo a mí, viendo las opiniones que nos llegan cada noche al Esports97-Nit. Situaciones como la aparición de Laporta el lunes para reunirse con el propietario, la foto con Mendes junto a un futbolista del Salford City o el hecho de que esta noche Peter Lim vaya al Bernabeu para ver la semi de la Champions „allí volverá a coincidir con Mendes„ me hacen recordar el verano y un escalofrío recorre todo mi cuerpo.

Debido a la opacidad con la que Meriton guarda con celo todas sus decisiones y ante la ausencia de voces autorizadas que sirvan las coordenadas de lo que está por venir, no puedo decir que veo negro el futuro, pero mis dudas sí tengo. ¿Asegura esto algo? No, de ninguna manera. Pero los hechos serán los que marcarán la realidad. Sobre el banquillo, sobre las altas y bajas, y sobre los traspasos. Este verano va a ser decisivo para saber en qué lugar de la cadena está el eslabón García Pitarch, si la cadena es fuerte y aguanta marea o si es tan débil como la que ha saltado esta temporada hecha añicos. Tengo que reconocerte, Salvatore, que el compás de espera es lo que me mata.

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