El dilema de Hamlet se ha visto transformado por otro no tan personal sino social, con la decisión final, tras el referéndum del Reino Unido, de salir de la Unión Europea. Si bien la votación ha sido muy reñida, como no existían porcentajes especiales, la salida ya está en marcha ya desde el día siguiente.

Si bien la maquinaria empezará enseguida, no se producirá de un día para otro, sino que como el proceso de entrada es complejo, también lo es el de salida y deberemos esperar, según los expertos, entre dos y tres años para que se produzca. Antes de entrar en materia, me asalta la duda de que si, durante ese plazo, se celebra otro referéndum con un resultado distinto. Y si eso ocurriese, todo el gasto, de tiempo y dinero empleado en preparar la marcha se habría perdido.

En fin, como tampoco hay un plazo para volver a realizar ese posible nuevo referéndum, quizá estemos en un cuento de nunca acabar. Pero, lo que ahora existe es que los habitantes de la otrora llamada ´pérfida Albion´ han decidido, por una exigua mayoría, dejar de ser nuestros conciudadanos comunitarios.

Aparte de lo que pueda suponerle a la economía de las islas, lo que dejo para los sesudos economistas, lo que nos interesa es qué nos va a dejar ese Brexit en el terreno del deporte y más específicamente en el del fútbol. Por supuesto los agoreros ya han dicho que será el fin de la Premier y que los grandes desembolsos realizados por jeques, mandarines, rusos y otros millonarios afines se van a ir al garete y poco menos que la liga inglesa se comparará con la maltesa.

Seamos serios y analicemos con frialdad los posibles escenarios que puede suponer el corte del puente con la Unión. En primer lugar, como ya he indicado, habrá que esperar un par de añitos para que se configure legalmente la escapada y, mientras tanto, no veo ni jurídica ni deportivamente posible que las ligas británicas, y sobre todo la Premier League hagan del Brexit un punto de inflexión.

Al contrario, van a mantener el statu quo a la espera de lo que vaya a ocurrir y cuando vaya a realizarse el plan de fuga final. Y aquí es cuando está el segundo tiempo de este juego: ¿qué reglas van a imperar? Si fuera un Brexit limpio y seguro, cual Alejandro cortando el nudo gordiano, las islas se quedarían sin conexión alguna con las reglas comunitarias y, por supuesto, todos y cada uno de los derechos y deberes de los trabajadores, centrados en los futbolistas en este caso, que existen en y por la Unión Europea, decaerían.

Ya seríamos todos extranjeros sin más allá y ellos aquí. Con eso el aislamiento sería absoluto pero no creo que eso sea lo que ocurra. Si quisiéramos hacer un poco de política ficción, aun sabiendo que es la primera vez que un Estado se marcha de la Unión cuando, hasta ahora y todavía hoy, lo que se buscaba era entrar, diría que lo que va a ocurrir es que ambas partes van a negociar no solo la salida sino las relaciones bilaterales.

Como ocurre con Turquía, Rusia, los países del Magreb, etc€ y como acaecía antes con los otros Estados que entraron en los últimos años, lo que hay es un Acuerdo de cooperación o colaboración y este es el que, sin duda alguna, se va a negociar también aquí. Con eso, los británicos serán ´comunitarios B´, como ya se acuño tiempo atrás a los que, sin ser parte de la Unión, sí tenían los mismos derechos y obligaciones como trabajadores. Los españoles y otros comunitarios entrarán a trabajar/jugar con determinadas reglas y lo mismo para los isleños que vengan para el continente.

Creo que, una vez puesto en marcha ese acuerdo, lo que ocurrirá es que la Premier tendrá distintos escenarios o formas de aceptar a los extranjeros. Ya el año pasado modificó la famosa posibilidad de que un futbolista no comunitario accediera a su permiso de trabajo y, por ende, a la licencia federativa: que su selección estuviera entre las 70 primeras del ranking FIFA y que hubiera jugado al menos el 75% de los partidos oficiales de la misma en los últimos dos años.

Ahora, la selección del extranjero tiene que estar entre las 50 primeras, lo que reduce el número de posibles futbolistas pero también redujo el porcentaje de partidos, dependiendo del lugar del equipo en el ranking: así solo hace falta un 30% jugados si está entre el número 1 y el 10, como es el caso de España. Sin embargo, esto, que es para los no comunitarios, en el caso de que haya acuerdo de cooperación, sin duda se modificará, a la baja, para los comunitarios, con el fin de que sigan entrando comunitarios a la Premier, que es lo que le da fuerza deportiva y comercial.

Como vemos, hay muchas incógnitas pero lo que es seguro es que la Premier, Brexit o no Brexit, no va a dejar que se le vayan jugadores ni dinero. Mientras ellos quieren irse, disfrutemos de su cine y revisitemos la película ´Layer Cake´, sobre la mafia londinense, sin doble sentido.

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