Folgado, imagino que conoces la obra, la del Duque de Rivas. Ya sabes, a partir de un accidente con su posible futuro suegro, Don Álvaro se va puliendo uno a uno a la familia de su amada (doña Leonor se llamaba la moza). Pero tras cada muerte el hombre se iba sintiendo más culpable de la situación causada. Al final el hombre acaba como una regadera creyendo ser un enviado del demonio aplastado bajo el peso del sentimiento de culpabilidad.

No parece tener mucho de ese sentimiento Álvaro Negredo. No me extraña, ya hace tiempo que me desengañé de la aportación del vallecano y todos los hechos -desafortunadamente para el club que le paga, y muy bien por cierto- han evidenciado la realidad. Aún recuerdo cuando en plena ola de impopularidad de Nuno nos atrevimos a contar en el Esports97-Nit qué ocurrió en el vestuario de San Mamés y qué estaba ocurriendo en los entrenamientos, y el porqué Negredo se estaba quedando una y otra vez fuera de las convocatorias.

Más allá de la torpeza de Nuno Espírito Santo a la hora de explicar la situación, todo valía para derrocar al portugués y sufrimos un buen número de críticas por no escoger el camino fácil. El rendimiento de Negredo puso las cosas en su sitio.

También recuerdo que fui crítico con la estampa del delantero sonriendo en el palco mientras se coreaba su nombre en la grada y sus compañeros las pasaban canutas en el verde contra la UD Las Palmas, o su enfado en diversas fases en el famoso affaire del cómico cambio de Gary Neville frente al Atlético de Madrid en Mestalla. Muchas de las acusaciones advirtiendo ciertas reacciones se basaban únicamente en que defendíamos a los de la terreta.

Así que desagradándome algunas actitudes sobre las que ya advertí, no me causa extrañeza que Negredo se enroque y se remita al contrato firmado. Que quiera escoger destino y poner condiciones no me sorprende, está en su derecho. Ahora bien, la pregunta que cabe hacerse es si su firmeza -más allá de estar legalmente apoyada por un contrato- está a la altura del esfuerzo que el Valencia hizo en su día por firmarlo. Y, sinceramente, creo que no. Creo que el Valencia le ha dado mucho más a Negredo que Negredo al Valencia CF. Y creo que una manera de restañarlo sería ser consciente del perjuicio que su negativa a salir le puede causar al club.

Obligado no está, tiene un contrato que el club le firmó. Pero cuando uno busca sólo su comodidad y bienestar a veces le sale el tiro por la culata. Cualquier decisión en la vida comporta unas consecuencias.

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