Mantengo que no hay ningún jugador imprescindible siempre que la oferta sea convincente pero sobre André ya sabéis lo que pienso. No lo vendería. Sobre sus hombros y sobre los de jugadores como Alcácer, Gayà, Fran Villalba, Mustafi, Jaume, Ryan, Cancelo y Santi Mina se podría levantar un nuevo Valencia. Otra cosa es la necesidad de hacer caja, que la hay.

Si el murciélago decide vender a André, la operación será dolorosa. Si escuchas a la hinchada, detectas que hay división, como en esta página. Tú, Manolo, lo venderías. Yo no, excepto ofertón. Me gustaría verlo jugar más temporadas en Mestalla para constatar si puede ser un jugador decisivo o sólo otro jugador con talento pero vacío de otros intangibles como la personalidad o el liderazgo para abanderar un proyecto. Entiendo que los tiene pero no estoy seguro. Por eso, por su edad, por su potencial, por lo que le intuyo después de lo que le he visto, le daría un margen de confianza para desarrollarse aquí. Hay división en la masa social, sí, pero creo que hay más gente partidaria de no vender. También tengo claro que el Valencia actual no se dejará llevar por la opinión de su gente. No me parece mal criterio, en el club hay muchos profesionales. Que marquen una línea y sean coherentes con ella sin dejarse zarandear por encuestas o por los medios de comunicación es correcto aunque no deberían olvidar que, al final, gestionan sentimientos. En todo caso, no es fácil, al contrario, es muy complicado. Lo admito. Esa es la dificultad que entraña operar en una gran empresa (club) de fútbol.

Fíjate si es complicado vender a un jugador importante, que tienes que andar con ojo respecto al club al que lo vendes por las cicatrices sociales que te puede ocasionar la camiseta que vista la próxima temporada. O sea, decides vender a regañadientes y prácticamente obligado, pero luego tienes que hacerlo a un club que sea neutro para tus seguidores. Y todo eso con la evidente necesidad de traspasar al jugador para cuadrar números, por aquello del fair play financiero, pese a que no quieres hacerlo y preferirías que saliera otro al que no puedes vender ni en las rebajas. Es muy difícil.

Dos portadas en dos días alertan de que André corre el riesgo de vestir de azulgrana o de blanco total. Barça y Madrid parece que también compiten por él. Mendes está disfrutando. A ese nivel se mueve bien. Cualquiera de esas dos operaciones levanta cierto rechazo social pero vestirlo de blanco parece más grave. Hoy, la rivalidad con los del Bernabéu es superior. Duele más. La grada digeriría mejor venderlo a Italia o a Inglaterra. Es obvio. Pero lo grave de esta discusión no es la camiseta que vista André la próxima temporada, lo crítico es vender a André. Porque eso supondrá el fracaso en la operación salida. Vendes a los que no quieres vender porque eres incapaz de traspasar tu sobrante. Eso escuece más. Ojalá no suceda.

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