Mario Suárez, Paco Alcácer, Diego Alves, Hernanes, Mustafi, Abdennour... Quedan 6 días para comenzar la Liga y 14 para concluir el periodo de fichajes y todo lo que gravita alrededor del Valencia CF se acelera.

En cierto modo era previsible. Ahora mismo el club de Mestalla se encuentra muy lejos de la élite que puede permitirse el lujo de ir al mercado a por lo que le hace falta y pagarlo a tocateja. Por tanto -y como ya dejó caer en su día Suso García Pitarch- hasta los últimos días de mercado no va a quedar definida la plantilla. Contratiempo previsible por Pako Ayestaran que va a quedar a merced de las apreturas con la plantilla incompleta para las dos primeras jornadas del campeonato y que va a tener que trabajar ´con lo puesto´ para los dos primeros partidos.

Para el lunes que viene y contra la UD Las Palmas el míster valencianista va a disponer de pocos refuerzos que alinear. Montoya, Medrán y Suárez sí podrán debutar en Liga en Mestalla. Pero ni siquiera podrán tirar mano del fichaje estrella del verano, Luís Nani. La sanción que arrastra el delantero portugués de su periplo turco la tiene que sufrir el Valencia en la apertura del campeonato.

Todo se va a volver más loco. Todo se va a acelerar mucho más y va ser increiblemente más tumultuoso. Las oficinas del club de Mestalla van a ser una alegoría del camarote de los Hermanos Marx en la famosa película «Una noche en la ópera». Ahora sólo falta saber si Peter Lim mirará la película sentado desde su cómoda butaca en Singapur o dará el paso al frente y dirá aquello de «y dos huevos duros».

Y no le pido que afloje la pasta ´sin ton ni son´. No le pido que los ponga por amor al arte. Le pido que sea consciente que hasta los proyectos más austeros necesitan de una inversión. Aunque sea mínima y mesurada hasta el último céntimo. Pero lo hago porque comienzo a tener la percepción de que al propietario ´ya no le hace gracia el juguete´, y eso sí me produce escalofríos.

Me da que Suso -ya vuelvo a parecer su abogado defensor pese a que los hechos hablarán por si sólos- tiene un marrón ante sí de incalculables dimensiones. Una cosa es lo que le hace falta a la plantilla, otra cosa es lo que puede permitirse el club, y otra lo que arregla por su cuenta el dueño -que nos pese o no, puede hacerlo-. El ´caso Alcácer´ es una clara muestra de todo ello. Desolador panorama para un secretario técnico que llega a sentarse en una mesa en la que no hay casi ni agua cuando durante dos temporadas se han servido platos carísimos sin medida, órden, ni concierto.

Igual le toca decir -por desespero- aquella otra absurda frase de Groucho Marx en «Sopa de ganso». «¡Mensajes del frente, mensajes del frente! Siempre nos llegan mensajes del frente, y nunca de los lados...».

En la hora del adiós

Hoy digo adiós a las páginas de Superdeporte. Ya sabéis que inicio una nueva aventura. No tendría jamás las suficientes palabras para agradecer todo lo que la redacción de SUPER me ha ayudado en los dos años en los que he estado trabajando en el grupo EPI. Sin ellos, nada hubiera sido posible.

Hacen un trabajo descomunal y muy meritorio para mantenerles informados. Compren mucho SUPER en los kioscos, el esfuerzo que hace esta gente merece la mejor de las suertes.

Fue un placer y un honor cabalgar junto a vosotros. ¡Hasta siempre, amigos!

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