Cuando acabó la temporada pasada parecía que en el Valencia todo estaba quieto, sin altas ni bajas durante semanas. Ahora ya no. Ahora tenemos siete nuevas altas y 16 bajas respecto al equipo de la pasada temporada. Pocos veranos recuerdo yo tan extraños y moviditos. Y sí, es innegable que existe una realidad que a todos nos llama profundamente la atención. Se han marchado Negredo y Alcácer y ninguno de los fichajes realizados responde a esa ubicación específica sobre el terreno de juego. Tanto Nani como Munir, los dos atacantes contratados, no responden a la idea de nueve-nueve típica de un delantero centro. Y tampoco, claro está, ninguno del resto de la plantilla es un goleador contrastado. Bien, marcado los del 9 paso a hablar de los dos nuevos centrales blanquinegros.

Buena pinta

Uno llega cedido y no quiso venir la campaña pasada... pero está aquí y se llama Mangala. El otro comenzó a darle patadas al balón en Argentina y tras su paso por el Real Madrid se fue formando como profesional por diversos equipos hasta convertirse en un tipo maduro y con responsabilidad. Les hablo de Garay, don Ezequiel, ese tipo que se embarca por cuatro años en vivir la experiencia valencianista y que a estas alturas de su carrera si parece un futbolista cuajado y con mando en plaza.

El pasado

Este artículo no es un debate sobre la plantilla que hoy en día tiene el Valencia. Si lo es sobre los dos centrales fichados a última hora y sobre una pequeña comparación con aquellos que tuvimos y que nos hicieron disfrutar a lo bestia en el Valencia. Hablo de la pareja Otamendi-Mustafi y su espectacular rendimiento hace nada sobre la verde pradera de Mestalla. Y sí, eran dos grandes centrales pero había uno con galones de comandante en jefe: Otamendi. Otamendi jugó bien en el Valencia y su carácter y su puesta en escena durante los partidos y fuera del campo llevaron a Mustafi a ser un central mejor del que vimos la pasada temporada. Era una gran pareja... pero había un jefe. Otamendi era el jefe.

Su nuevo papel

Ezequiel Garay no es un futbolista cedido. Es un fichaje y posiblemente el fichaje más importante de este ya caduco verano. ¿Y? Pues que yo veo a Garay ejerciendo de Otamendi sobre su compañero Mangala. Y veo -permítanme tener un toque de optimismo a estas alturas- una pareja que le puede dar muchas alegrías al Valencia. De momento, eso sí, ya sabemos que mejoran lo que teníamos hasta ahora. Garay es más completo que el Mustafi de la pasada campaña y Mangala, bien llevado por Garay, es muy superior a ese débil tunecino, Aymen Abdennour.

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