La revista francesa France Football ha anunciado este viernes pasado que, al finalizar su compromiso contractual con FIFA, no iba a renovar su alianza con ese organismo respecto del otorgamiento del llamado Balón de Oro. El Ballon d´Or es una marca registrada, creada por dicha revista allá por al año 1956, justamente el mismo año en que otros franceses, los del periódico L´Équipe, creaban la Copa de Europa, hoy Champions League. No es coincidencia, sino que se pensó que ya que existía esa fantástica nueva competición, cómo no tener a un mejor jugador europeo.

Y digo europeo porque eso ha sido hasta el año 1995, cuando por primera vez un no-europeo fue nombrado Balón de Oro. Y no, no me equivoco, Di Stéfano fue nombrado dos veces, en el 57 y 59 y Omar Sivori en el año 1961, pero ambos bajo la nacionalidad española e italiana respectivamente. Por lo tanto, Luis Suárez, nombrado en el año 1960 no fue el primer ni el único español con ese galardón.

Y otro nacido fuera de Europa, la ´Pantera´ Eusebio, también lo obtuvo en el año 1965. Como vemos, hasta cuatro balones de oro fueron de nacidos fuera del viejo continente pero con pasaporte de países del mismo. El mercado internacional se abrió en 1995, cuando fue nombrado mejor jugador el liberiano George Weah, y a partir de ese momento, todos los jugadores del mundo, siempre que jugaran en Europa, se integraron en los posibles elegibles.

France Football tenía sus corresponsales en cada país europeo y éstos eran los que votaban, sin ninguna otra interferencia, con lo que se ve claramente un estilo más depurado en los galardones, con jugadores poco conocidos pero que fueron mejores ese mismo año. Y eso viene a cuento que, desde que en el año 2010, se asociaron la revista y la FIFA, ya no solo entraron a votar solo esos periodistas, sino también el capitán y el seleccionador de todo el mundo, ampliando no solo el número de votos sino también el número de elegibles, que pasó a ser mundial.

Esa forma, donde desde los votos de Vanuatu o Madagascar se tienen igual en cuenta, da la impresión que ciñe el resultado a los más ´famosos´ pero no siempre los mejores de un año, como el olvidado Andrés Iniesta en el año 2010 o Xavi Hernández en alguna otra temporada.

Por su parte, la FIFA tenía el llamado Mejor Jugador del Mundo, desde el año 1991, y que sí daba el título a un jugador de cualquier campeonato, lo que hacía diferente el galardón al del Balón de Oro. Sin embargo, éste tuvo siempre mayor resonancia, por su antigüedad y por el mismo nombre, que es lo que llevó a FIFA a pedir su fusión, pero solo lo fue contractualmente y así, como ya he indicado, este 16 de septiembre de 2016, se ha puesto punto y final a dicha colaboración.

Por lo tanto, ahora habrá, de nuevo, una dicotomía en el nombramiento y, me imagino, una lucha para ver quien da el mejor título al mejor jugador. France Football ya ha anunciado que mantendrá el Balón de Oro para cualquier jugador del mundo, cambiando su estructura antes de la unión con la FIFA y, por su parte, FIFA hará lo propio, volviendo a su anterior Mejor Jugador Mundial, aunque aún se desconoce cuál será la denominación futura.

FIFA quiere dominar el fútbol y no dejarlo en manos de periodistas o terceros en general y eso ha sido, aparte de temas de poder y de quien manda sobre quien, lo que ha supuesto el fin de la cooperación. Sin embargo, ahora ya no tendremos solo una discusión sobre el Balón de Oro sino dos, por lo que las tertulias de todo tipo van a abundar y diría que a desbordar. ¿Qué pasará si uno de los dos monstruos, que todo tenemos en mente, copa los dos o si ninguno obtiene el logro? ¿Tendremos simplemente, hasta que se retiren, dar uno a cada uno?

La verdad es que, aparte del asunto del poder y del valor de mercado de los dos trofeos, lo que aquí se va a dirimir es la autenticidad de los nombramientos primero, y de las decisiones finales después. ¿Habrá alguno de esos dos trofeos para el verdaderamente mejor jugador de un año? Espero que volvamos a ver a un checoeslovaco Masopust, un escocés Law, un húngaro Alberto o un ruso Belanov.

Mientras vemos lo que nos va a deparar esa dualidad de elecciones al mejor jugador del mundo, de cada año (no lo olvidemos), esperemos que no tengamos el tuyo mío Messi-Ronaldo de los últimos años. Y una recomendación, el libro de Jonathan Wilson ´Inverting the Pyramid´, sobre la historia de las tácticas en el fútbol.

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