Peter Lim ha convertido al Valencia en un club top seller. Para los que no lo sepan, así se conoce a los mejores vendedores en los portales de compra-venta online. El Valencia de Manuel Llorente también era vendedor. Sin ir más lejos, David Villa fue traspasado al Barça siendo el icono del equipo. Pero ahora, el club está en un escalón superior en cuanto a traspasos. Desde que se vendió a Nicolás Otamendi al Manchester City, los pocos cromos destacados de la plantilla por los que rivalizan los niños en el recreo han sido vendidos. André Gomes, Mustafi y Alcácer se marcharon y ningún jugador de su nivel fue fichado para sustituirlos, a diferencia de la venta del Guaje, que fue suplida por Roberto Soldado, que de goles fue sobrado. Únicamente la irrupción, tardía, de Carlos Soler permite al valencianismo volver a ilusionarse con un jugador. Y digo tardía porque me parece una negligencia del tamaño del Miguelete la que cometieron Ayestarán, primero, y Prandelli, después, con la gestión de este futbolista que por sí sólo cambió la cara del equipo el pasado domingo ante el Espanyol. ¿Por qué no ha jugado antes Soler? ¿Por qué hasta hoy no es jugador de la primera plantilla? Estoy convencido de que si el chaval hubiera jugado con regularidad desde el principio de temporada, el Valencia no estaría en el lodo. Es muy bueno, y hace buenos a los de su alrededor. Suscribo las palabras de mi compañero Chema Mancha: apelar a su juventud para justificar la suplencia de Soler es un argumento burdo. Santi Mina llegó procedente del Celta por 10 millones de euros y tenía la misma edad que Soler. Y nadie hablaba de proteger al chaval ni de darle tiempo para formarse. Soler es un jugador ya hecho, tiene cara de Primera División y ahora toca disfrutarlo. ¿O estará Peter Lim ya frotándose las manos para mejorar su reputación como top seller del mercado? Venga, Peter. No vendas a Soler este verano, anda.

Zaza

Simone Zaza ha llegado al Valencia en unas condiciones anormales. Que se hayan dirigido a él hasta tres interlocutores diferentes de un mismo club en el plazo de un mes, es cuanto menos surrealista. Simplemente por ese detalle, sería lógico que hubiera dado esquinazo al Valencia. Pero se ha empeñado en venir y en triunfar. Lo dijo en su presentación, donde por cierto, se incumplieron muchas de las normas habituales de protocolo en un acto de estas características. ¿Por qué no hubo nadie del club sentado al lado de Zaza? Lo normal es que el director deportivo que lo ficha se siente junto al futbolista de turno y explique alguna pincelada del tipo de futbolista que ha contratado. Claro, eso es lo normal. Pero el Valencia no funciona como un club normal. La condición de interino de José Ramón Alesanco puede ser la justificación para su ausencia en la mesa de protagonistas. Alesanco estaba en la sala, pero sentado en primera fila junto a los periodistas. ¿Y Anil Murthy? El consejero ejecutivo simplemente apareció para la foto con la camiseta. ¿Es que nadie del club quiere responsabilizarse del fichaje de Zaza? Simone va a triunfar, estoy convencido. Y el Valencia pagará los 16 millones a la Juve con el convencimiento de que ficha a un gran delantero. Pero si por una de aquellas Zaza fracasa, que nadie señale a Prandelli ni a Suso. Que nos conocemos? La culpa, como todo, será de Meriton.

Uno de los nuestros

Ver la sonrisa de Quique Sánchez Flores al finalizar el partido del pasado domingo, me trasladó a la época en la que compartíamos mesa en Canal 9 y su rostró se iluminaba cuando marcaba gol el Valencia. Quique es muy valencianista. Tanto que se alegró como el que más de la victoria de su Valencia, pese a que suponía la derrota del equipo que actualmente le paga. Este detalle, quizá, indignó a más de un perico, me parece comprensible. Pero a los valencianistas les llegó al alma. Quique es uno de los nuestros y esos abrazos a los jugadores del equipo rival al finalizar el partido son algo más que un gesto de cariño y alivio. Fueron una puerta abierta a regresar al club de donde salió en una noche larga de capuchas.

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