Un puntito, oiga! ¡Y gracias! El partido-castaña del sábado por la mañana acabó en tablas, con una nueva actuación color gris ala de mosca de los nuestros, y por supuesto del rival, que era el Betis manque pierda. Hay quien dice que jugamos bien, hay quien dice que jugamos regular, hay quien dice que jugamos mal. A mí me da igual. Lo importante era no perder, pero vista la mano clamorosa en el área bética en la primera parte, la rabia es que no nos lleváramos los tres puntos. Ese penalti no hay narices de amagárselo a Epi (el Barça) o a Blas (el Madrid). Por eso esta liga es la liga de los Muppets: no es seria ni tiene crédito. Porque hay dos tablas de medir, dos raseros, dos clases: los ricos y los pobres.

Ushiro Nage

El Valencia ha perdido todo el crédito que pudiera tener, si es que alguna vez lo tuvo. Esto es la lucha en el fango, la que huele mal. La del que sabe que no le van a regalar nada y que va a luchar por salir de los puestos de la promoción virtual. Luego está la liga de los ricos. A ellos les miran siempre con buenos ojos, a pesar de que tienen arsenal suficiente como para poder afrontar cualquier decisión contraria. Y encima, son los que más se quejan. Porque escuchar lo que Piqué suelta de vez en cuando, por ejemplo, no está pagado. O tener que contemplar la presión blanca para que se jugara contra el Celta en Balaídos con la que caía. Pero, ciñéndonos a los árbitros, a nosotros siempre nos pitarán un ushiro nage.

¿Emoción?

De la mano no pitada del otro día me quedo con todos los jugadores corriendo en tromba a por el árbitro y éste trotando como si fuera el meme de John Travolta de Pulp Fiction. Estamos en un país en el que un finalista de la Copa le mete a su inesperado rival 0-6 en Liga. ¿De verdad alguien se siente motivado por este ´deporte´? ¿Existe emoción en que te metan tres, cuatro, seis? Y lo peor: ¿existe emoción en pertenecer a uno de esos dos equipos que cuentan casi todos sus resultados como si fueran sets de tenis? ¿Dónde está la gracia? ¿Dónde el mérito? ¿Dónde está Meriton? ¿Dónde está Wally?

Epi y Blas

Hay un negocio de dos, a veces tres, y nosotros somos los comparsas. Siempre fue así, ojo. Pero antes a Epi y Blas les costaba más ganar. Antes era todo carretera nacional y había que adelantar con cierto riesgo. Ahora dos equipos viajan por una autopista vacía y los demás en un tren borreguero. Yo sólo pido que los árbitros no nos quiten puntos en partidos contra los humildes. Lo del sábado lo ve hasta Rompetechos con un pito. Pero es difícil contar con el respeto ajeno cuando no nos granjeamos ni el propio. Por ejemplo, con lo de Enzo Pérez y la semanita que nos ha dado. Que si quiere irse a River, que si su padre diciendo que toda la familia son hinchas de River, que si Enzo «se muere por jugar en River»€ ¡Oiga, y yo en el Valencia y tengo asumido que no va a ser! Se llama aceptación, y en psicología se trabaja muy bien.

Samolo

Esto es un «sálvese quien pueda» y lo más lamentable es que nadie disimula ya. Como no hay jefe cerca, esto es como los pasillos de una empresa en agosto con el jefe en la playa. Lo que más me ha emocionado es que para intentar presionar la fuga decían que es que el chico se llama Enzo «como Francescoli»€Vaya romance. Oiga, yo me llamo Manu. Manu es Manuel. Manuel es Manolo. Manolo Pirolo. Como mi padre, como mi abuelo y como Manolo Escobar. A mí qué me cuenta. Y me acepto. Acepto que a Daniel no le llaman Danolo ni a Samuel, Samolo. ¿Por qué Manuel es Manolo? Vaya usted a saber. ¿Por qué a Enzo quizá le toca no jugar en el River y sí en el Valencia? Porque la vida es así. Los contratos están para cumplirlos.

Mangala

Por quedarnos con algo positivo, me quedo con el orden de líneas, el concierto, la paciencia ante la barraca verdiblanca y, por encima de todo, con la carrera de Mangala. Qué tío, qué bala. Me gustaría saber su clasificación en una prueba de velocidad, ojalá el Valencia CF diera a conocer esas estadísticas. El central nunca ha sido santo de mi devoción, pero debo reconocer que está más centrado últimamente. Se repone bien de los regates y sabe ir al suelo cuando toca. Con un poco de suerte se queda para sumar, con permiso del Manchester City. Volvemos a un cierto colchón con respecto a los tres colistas. Vamos a ver si contra el Athletic Club en Mestalla a la hora de la siesta damos un golpe en la mesa. Ellos nos han hecho el favor de ganar al Depor esta semana. Ganarles a ellos permitiría archivar en el limbo la vergüenza contra el Eibar.

Más artículos de opinión de Manu Badenes, aquí.