Viajé varios años por los campos de España para narrar los partidos que la televisión autonómica valenciana ofrecía en abierto cada sábado por la noche. En los desplazamientos, ya fuera en avión o en tren, coincidía muchas veces con el colegiado de turno encargado de dirigir el encuentro. Pude hablar mucho con ellos y constatar que son personas normales y corrientes, con familia, con trabajo y con sentimientos. Y cuando escribo sentimientos, me refiero a los colores. Un árbitro, normalmente, es futbolero. Si no, no tiene mucho sentido que se dedique a pitar fútbol. Y si es futbolero, es de un equipo o simpatiza al menos con uno o varios equipos por encima de otros. Pero pese a eso, es un profesional que pretende hacer bien su trabajo. Sin ir más lejos, el canario Trujillo Suárez, con su pésima actuación en el Villamarín, habrá perdido muchos puntos para seguir en la máxima categoría. El problema es que son muy malos. Y así se lo dije a cada uno de los árbitros con los que me encontré en esos aviones e incluso en los hoteles donde descansábamos. Y cuanto más novato, más malo. Y ahí radica el problema del Valencia. En los últimos años, el club ha perdido mucho peso en todos los estamentos del fútbol español, entre ellos el arbitral, y las secuelas se ven cada fin de semana sobre el césped. Trujillo Suárez, Vicandi Garrido, Munuera Montero, Jaime Latre y un largo etcétera de nombres que acaban de aterrizar en el fútbol de élite le corresponden al Valencia en cada jornada. La gran mayoría debutantes en Primera o con apenas una temporada de experiencia en la máxima categoría. Si a eso le sumamos que el equipo ha perdido calidad y ha pasado de ser dominador a dominado, las acciones polémicas transcurren más en área propia que en la contraria. Árbitro inexperto y malo y equipo pequeño€ Un cóctel molotov que le explota cada semana en las manos al Valencia de Meriton. La famosa foto forzada de Layhoon Chan con Sánchez Arminio llega tarde. Miedo me da el arbitraje de este domingo contra el Athletic de Villar, pese a que el trencilla designado tiene más experiencia. Le toca al almeriense David Fernández Borbalán, sí, el que expulsó a Rodrigo en el Bernabéu por llamar ´cagón´ al asistente tras haber concedido un gol en fuera de juego de Karim Benzemá. Lo dicho, son muy malos. ¡Suerte, Fernández Borbalán!

Ilusión

Apenas ha estado un partido y medio fuera del equipo por sanción pero muchos valencianistas hemos echado de menos a la figura de Carlos Soler. El chaval aporta aire fresco al juego del equipo y al entorno. El domingo Voro tiene la opción de volver a la fórmula de los tres mediocentros que permitió realizar el mejor partido de la temporada en el estadio de la Cerámica. Esto supone ´sacrificar´ la posición de media punta de Orellana y desplazarlo a la banda derecha, pero creo que es la mejor solución. Sólo por hacerle un hueco a Soler vale la pena. En este sentido, es justo dar la enhorabuena a Jesús Paniagua y a todos los miembros del departamento jurídico del Valencia porque gracias a ellos Carlos Soler sólo ha cumplido un partido de sanción y podrá jugar el domingo contra el Athletic Club. Pese al desgobierno y al caos que se vive en el club, sus empleados siguen ejerciendo de manera diligente su trabajo. ¡Amunt!

Voro

El máximo exponente de profesionalidad en esta etapa de caos en la que Meriton ha instaurado al club es Voro González. El entrenador acata cada misión con compromiso y entrega. Pero de ahí a marearlo con cargos varios, hay un abismo. El club ha lanzado un globo sonda para conocer la reacción de la opinión pública a la posibilidad de que Voro se convierta en el director deportivo. Vamos a ver, un poco de cordura. Estamos hablando de un delegado que de manera interina ejerce de entrenador. Colocarlo ahora de director deportivo cuando Voro, por su función diaria en los últimos años, no conoce el mercado ni sus peculiaridades me parece una temeridad. Un ejemplo de que Meriton no sabe por dónde va. Como los árbitros...

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