El gato siempre estuvo subido en la palmera. Comienzo así este opinión, porque es como siento la situación del Levante UD, un club que ya lleva varios años en lo más alto de la palmera (entre los mejores), más allá de este paso repentino por Segunda División, y que a buen seguro le va a servir para volver con más fuerza a Primera. No quiero olvidarme de una persona que hizo mucho por el Levante, aunque prácticamente no tuve ningún tipo de relación. Con aciertos y errores, estoy seguro de que siempre quiso hacer lo mejor para el club. Ese es Pedro Villarroel, que levantó al club y lo puso en el mapa nacional del futbol.

Ascenso ‘psicológico’

De mi etapa en el Levante, me quedo con un nombre propio y no era precisamente un futbolista, pero que jugó muy bien fuera del terreno de juego: José Carrascosa Oltra, psicólogo deportivo valenciano. Fue para los jugadores un amigo y un confidente tanto en nuestro rendimiento profesional como personal. Fue el mejor fichaje que hizo el Levante UD por su gran trabajo. Todavía recuerdo cuando empezó a trabajar con nosotros, que empecé a ir yo solo a su consulta y allí acabamos a final de temporada más de medio equipo. La voz se empezó a extender entre los jugadores para trabajar con él y todos sabíamos que su contribución sería clave para conseguir el ascenso a Primera.

Mis excompañeros

Ahora hay dos pilares básicos, que además fueron mis compañeros en el CD Numancia: Tito y Muñiz. El primero de ellos, se veía venir que su talante de buen profesional, su manera de transmitir las cosas y ser un buen conocedor de jugadores como pocos, iba a desembocar en lo que está sucediendo en estos momentos. Tito ha conocido un mundo difícil, el de los jugadores en paro de Sesiones AFE, y eso le ha valido para adquirir un sentido más que el resto de directores deportivos. Luego está Muñiz, el míster. No era un compañero que hablara mucho en el vestuario, pero, amigos, cuando este señor levantaba la voz, sentenciaba de una forma pasmosa. Lo tenía al lado en el vestuario y me dejaba perplejo cuando tenía que referirse a algo. Un conflicto acababa cuando él entraba a dar su punto de vista. En este mundo profesional no hay casualidades, y estos dos elementos son un buen ejemplo.

Mítica presentación

Y sí, lo tengo que decir, porque siempre lo he contado como anécdota y porque no hay nada como reírse de uno mismo cuando mete la pata. Además fue vuestro periódico el que lo publicó al día siguiente. Uno era un chaval joven con cierta bisoñez e ignorante en muchos aspectos y en este caso indocumentado de las costumbres de un club. Que además no había visto nunca tanto periodista en una sala para cubrir la presentación de un tal Culebras en el Levante UD, donde las respuestas eran temerosas a las preguntas de los periodistas. Al acabar toda la parafernalia, algún fotógrafo dijo, ‘di unas palabras de ánimo a la afición’, y aquel Culebras se vino arriba en los siguientes términos: ‘Amunt Valencia’. En ese momento hubo un silencio, acompañado de risas picaronas, y no era para menos cuando me dijeron que el grito cariñoso de esta gran afición era ‘Macho Levante’. Eso me valió para adquirir una experiencia más en mi vida, y a partir de ahí, intenté indagar en la idiosincrasia del club, empresa o ciudad de residencia. Creo que debería estar dentro del régimen interno de un club para poder crear empatía con las personas que nos ayudan domingo tras domingo a competir al máximo.

Momento de disfrutar

Y ahora me pongo algo más serio, aunque los que me conocéis no es mi talante, para desear a todas las personas que ayudáis al Levante UD, que disfrutéis de estos días previos al ascenso y lógicamente cuando se consiga matemáticamente. Y a SUPERDEPORTE por darme la posibilidad de dirigirme a una afición que me dio tanto cariño y afecto. Por todo ello y ahora más que nunca ‘Macho Levante’.