No estoy diciendo al central del Real Madrid que se vaya a Germania a acabar su carrera, sino que a raíz del estudio realizado por el Centro Internacional de Estudios del Deporte (CIES), sobre cuantos jugadores de más de 130 nacionalidades son expatriados o emigrantes, podemos apreciar que los futbolistas españoles imitan a sus padres o abuelos más bien de hace 60 años.

Esta solicitud se la hacían en la película del mismo nombre a los españolitos que no podían vivir satisfactoriamente en nuestro país y debían marcharse a buscarse los garbanzos fuera del mismo. Pepe Sacristán y Alfredo Landa, dos de los habituales de la comedia de género que se ha llegado a denominar ´españolada´, eran los actores de la película.

Y es que, a pesar de que Brasil sigue firme en su exportación de tuercebotas (aunque serían mejorabotas más que lo otro) y mantiene el timón con 1.202 futbolistas en el extranjero, España está en un sexto puesto, con 362, lejos de los tiempos en los que no había más que uno o ninguno fuera.

No es exagerado porque los casos excepcionales de Del Sol o Suárez en Italia eran justamente hitos y, ahora, se ve un español casi en cualquier liga del mundo. Argentina, largo tiempo segunda, es ya tercera, rebasada por Francia, con 753 y 781 respectivamente. Y, entre ellos y España, los serbios e ingleses se encajonan.

Pero, lo que de verdad me importa es ese grito que no hace falta ya hacer resonar. No necesitamos que nadie nos anime a saltar fronteras para deleitar con nuestro balompié allende los mares, ríos o montañas. Ya no solo vamos porque se nos reclama, sino también porque se le ha perdido el miedo a dejar nuestro rinconcito.

Los profesionales, algunos muy jóvenes, con apenas 16 años, y otros más curtidos, no hacen ascuas a emigrar y se enrolan en equipos de grandes ligas, como Italia, Alemania o Inglaterra, pero también en las exóticas de la India, Hong-Kong o Tailandia. La necesidad, obviamente, es una de las madres del cordero, si se me permite multiplicar a las mamás en este caso, pero también la pérdida del temor a salir a pelotear fuera. Esto, que no ha sido nunca óbice para que, desde conquistadores en América, África o Asia a emigrantes por necesidad, se marcharan los españoles alrededor del mundo, tampoco lo es ya para el balompié.

Así, cogen sus bártulos y se marchan, por sueldos a veces realmente pequeños, como he tenido ocasión de ver, a probar suerte y, o bien continuar una carrera, alargándola con un trabajo que les apasiona y les permite ver mundo o aprender idiomas.

Además, aunque la calidad existía desde hace décadas, las victorias en las Eurocopas de 2008 y 2012, con el Mundial de 2010 de por medio, han permitido que ligas que habitualmente ´importaban´ a otras nacionalidades, se hayan fijado en nuestros compatriotas.

Se aprecia no solo el juego que nos ha hecho invencibles durante esos cuatro años, sino la garra y la experiencia adquirida en la liga española. El aura de vencedores también aprovechaba a los emigrantes y sigue existiendo una estela de victoriosos que hace preferir a los hispanos.

Ser el sexto país exportador de futbolistas no es sino un hito y un aliciente para las generaciones venideras porque si no se obtiene un hueco en España, siempre se podrá salir por el aprecio al tipo de fútbol que se practica aquí. Se tiene que aprovechar el trabajador patrio de esa lanzadera e intentar buscarse un hueco en el extranjero si no lo tiene en su tierra.

Los africanos empiezan a despuntar más, aunque el primer país, Nigeria, solo es noveno y, en cuanto a Asia, Japón en el puesto 28 es el que aparece. Vemos, por lo tanto, que existe un claro movimiento de emigración-inmigración el todo el mundo, lo que significa no solo que los jugadores buscan su pan fuera de su territorio nacional, sino también que las mezclas que se producen llevan ya, y llevarán más en pocos años, a una mayor igualdad deportiva, que ya se viene viendo en los últimos campeonatos.

Mezclar los estilos lleva a utilizarlos todos y así mejora también el espectáculo. Y quería despedirme con un recuerdo a Jorge Cyterszpiler, fallecido hace una semana, que fue el primer manager de Maradona y un gran amigo. DEP. Y, para sobrellevar todo, lean ´Textos huérfanos´ de Enrique Jardiel Poncela, recién rescatado del olvido.

Más artículos de opinión de Juan de Dios Crespo, aquí.