No tengo adjetivos para describir el impresionante encuentro del miércoles. La pista y la presión de la final jugaron una mala pasada al inicio, con muchas dudas. Pero el equipo supo reaccionar desde la defensa para meterse en el partido sacando el máximo provecho del contraataque.

Tras el descanso llegó el clínic de Bojan Dubljevic, y poco a poco se rompió el encuentro moviendo muy bien el balón. Ha sido un partido de diez por parte de todo el equipo, cada uno en su rol ha logrado ilusionar a la afición. La primera Liga de la historia del club está muy cerca, pero hay que rematar el trabajo realizado. Si Manresa, Baskonia o Unicaja pudieron hacerlo, ¿por qué no va a conseguirlo el Valencia Basket?.