Me quedo con eso. Y eso es mucho. Me quedo con la imagen que salió publicada ayer en las páginas de Superdeporte y Levante El Mercantil Valenciano. En esa foto de José Manuel López -un tipo experto y jefe de fotografía de nuestro diario deportivo- se aprecia la inmensidad que rodea al fútbol y la inmensidad de lo que se vivió en Albacete este pasado domingo. La foto es impactante. Sale Lato, nuestro lateral izquierdo Lato, llorando como una magdalena al final del partido y consolado por alguno de esos geniales aficionados que se desplazaron hasta el Carlos Belmonte para animar a su equipo. La cara de Lato es inmensa. Cierra el año un tipo que ha dado el salto al primer equipo y lo hace llorando inmensamente. Tristeza, sí. Pero por ahí, por todo el Mestalla, hay una semilla con la que debería hacerse una foto Mateu Alemany.

Algo queda

Y sí, lo cierto es que el Mestalla se quedo a muy poquito de ascender a Segunda División y eso produjo cierta tristeza. Pero para mí la tristeza es relativa o directamente no existe. Yo me quedo dos días después de que finalizase el drama del Carlos Belmonte en una realidad que nadie me la podrá robar jamás por mucho que se empeñe. Miren, el Valencia A, el primer equipo, tiene en nómina a una barbaridad de jugadores que no consigue traspasar y que a estas alturas tienen poca ilusión de hacer algo interesante en el Valencia. En el Valencia A llora muy poquita gente. Y más de uno debería girar la cabeza hacia el segundo equipo y pensar en la ganas que le pusieron los chavales.

Con la cabeza

Ya saben, al fútbol se juega con los pies... pero el fútbol de verdad nace en la cabeza, en el cerebro, en estar motivado, en dejarse la piel durante todos los mi utos que dure el partiudo. Y es por ahí por donde el Mestalla se ganó mi respeto de forma absolutamente merecida. Jugaron sintiendo los colores, jugaron con la cabeza, hicieron todo lo posible para derrotar al Albacete pero al final ese esfuerzo no tuvo premio y afloraron las lágrimas. ¿Y? Pues que no, que yo no lloro, yo lo que sí veo es gente interesante para pasar al primer equipo para una entidad que tiene en el banco menos dinero que yo. Si no hay fichajes...¡pensemos en el Mestalleta!

Dedicación

Los más jóvenes valencianistas no van a entender este breve. Les voy a hablar de un tipo menudo, siempre con traje, que ocupa el cargos de secretario general del Valencia. Se llamaba -ya ´faltó´- Joaquín Aracil y siempre llevaba en su chaqueta de turno un ´pin´ que era el escudo original del Mestalla. Ximo o Chimo -no se si el hubiera preferido con ´x´ o con ´ch´- era fundamentalmente un MESTALLISTA con mayúsculas. Y sí, yo estoy convencido que él se hubiera dejado el alma apoyando a su Mestalla en Albacete. Ya ven, no soy joven, pero sí que existen detalles que te trasladan a la sonrida de tipos con los que algo has tenido que ver en esta vida. El Mestalla es el Mestalla. Y para Aracil era su forma de entender el fútbol. Y sí, él estaría orgulloso de ese Mestalla que se dejó la piel en Albacete.

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