El viernes celebramos la presentación oficial del equipo a medias, en el Trofeu Taronja, que se llevó el Atalanta en un ejercicio de oficio intensivo. Los italianos fueron los dueños de la primera parte, y supieron jugar sus cartas en la segunda. Un jugador en concreto volvió loco a medio equipo. El argentino Palomino no sólo marcó un gol, sino que estuvo en varias. Recuerdo un roce con Carlos Soler, en el que el jugador atalantino protegía el balón pegado a banda, y el valencianista trataba en vano de robársela, así que en la desesperación cometió falta. Jugadores de esos son los que nos faltan, tíos bregados, como armarios empotrados, con gol y mala leche, con capacidad de marear al rival. Se llama experiencia, y es lo que pide Marcelino.

Pólvora

La experiencia también se mide en la capacidad para crear peligro de la nada aparente. Sendos goles italianos vinieron de jugadas a balón parado. La primera, con cantada de Neto, mal que nos pese. Hizo un Bunbury: se quedó entre dos tierras. Y percibo que es dubitativo en ese tipo de jugadas, porque ya le he visto dudar en alguna similar. Y la segunda, porque Palomino supo quedarse solo al borde de la bahía. Nosotros marcamos porque Vezo supo encontrar el rechace con astucia, pero esta pretemporada ha servido para constatar que, si bien no nos marcan goles como al arco iris, como pasó todo el año pasado, tampoco se puede ganar un partido si no marcas goles. Nos falta pólvora.

Cien días

Es el año de la cantera, indudablemente. Javi Jiménez es mi apuesta como central. Bien al cruce, enorme en el tackle y casi siempre bien posicionado. Por mí, titular. Al lado de Vezo, tenemos más de lo que había el año pasado. Garay, por la razón que sea, añora el frío. Tampoco tengo muy claro que el deseado Jeison Murillo sea mejor que el argentino; al final el aficionado tiene la sensación de que cambiamos cromos sin saber muy bien a quién más interesa, aparte de a los agentes. Pero lo cierto es que el jugador interista está muy cerca, si la doble operación con Kondogbia no se carga el asunto. La que está claro es que el colombiano quiere venir por activa o por pasiva. Y eso es tan de agradecer hoy por hoy en un equipo como el nuestro, que lo único que podemos hacer es recibirle como si fuera el nuevo presidente y darle, como a un nuevo gobierno cuando empieza su andadura, cien días de indulgencia.

Inter

Espero que el Inter y el Valencia no rompan relaciones, que históricamente fueron buenas. Los milaneses fueron invitados de excepción en el primer Trofeu Taronja, junto al Santos de Pelé, en 1959. Mi generación guarda muy buenos recuerdos de los italianos, aunque evidentemente la tangana de 2007 en la época de Ayala, Marchena, David Navarro, Materazzi, Burdisso y compañía, enturbió el clima. Pero a ellos les interesa Cancelo quien, por cierto, si hubiera marcado tras el eslalon que se marcó el otro día a mitad de partido, habría subido su precio lo menos diez millones de euros más. Es una pena que se quiera ir, porque somos tan románticos que nos lo quedaríamos, aunque fuera el único del que podemos sacar tajada en venta.

Dupla

Estábamos tan necesitados de un tipo con las ideas claras, como Marcelino y su 4-4-2, que no percibo el más mínimo atisbo de crítica por el hecho de que quiera facturar a Orellana al no tener sitio en su sistema. El único que ha demostrado algo de gol, esta pretemporada. La gente demanda un killer de área, que presuponíamos era Zaza. El italiano es todo pundonor y fuerza, pero no es de esos jugadores a los que les cae el gol de los agujeros de los bolsillos, como si fueran monedas. Claro que, puestos a adoptar un sistema clásico, ¿qué más clásico que una dupla de jugador tosco y potente, y pequeño astuto? Toda la vida esa combinación hizo estragos. Si Orellana mantuviera la disciplina, podría ser como punta un tipo al estilo de Eloy, Juan Sánchez, Álvaro o Fenoll, por ejemplo. Y el italiano, al estilo Lubo, quizá daría resultado.

Problema

Y es que Rodrigo Moreno, la verdad, tiene muchas cosas, pero gol, lo que se dice gol, hasta la fecha, no. Es habilidoso, técnico, estético, la grada lo estima, pero no es tan resolutivo como para echarse el equipo a la espalda. Yo siempre le vi más de extremo, a ser posible por la izquierda, para dejar a Cancelo brillar en su hábitat no deseado, por lo menos hasta que se lagrille. El caso es que no tenemos gol, y el lío empieza la semana que viene. Tan preocupados estábamos con la defensa, que casi se nos pasa lo esencial en este deporte: la pelotita tiene que entrar en la red del rival. Oye, y si no, mientras tanto y hasta que venga el crack sin foto€ ¡pongamos en punta a Nacho Gil! ¿Estoy loco? En fin, la afición lo demandó en la 23ª Convención de Peñas, el otro día, y se podría resumir en una sola palabra que los Beatles pusieron de moda. Help.

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