Tómense la sonrisa de Rodrigo como una sonrisa general. Me gusta esa sonrisa y me gusta todavía más que esa sonrisa esté adoptada por todo el valencianismo. De la depresión futbolera hemos pasado a una sonrisa contagiosa. Todo el mundo en torno al valencianismo está contento, crecido, sonriente. Y esa forma de encarar el fútbol y la vida en general está afectando de forma incontestable a todo el valencismo militante. Hemos pasado de estar dormidos a sacar pecho de forma descarada. Y a mí ese sacar pecho me encanta. València y el valencianismo se merecían una sonrisa abierta.

Lo de Orellana

El chileno estaba viviendo una historia compleja. Expulsado del Celta de Vigo de forma autoritaria por Berizzo, llegó al Valencia con la intención de reivindicarse y de ganarse un sitio de nuevo en el mundo del fútbol. Pero su llegada concidió con la tristeza que atenazaba a todo el equipo y para Marcelino, en su debut, era un futbolista traspasable. Pero Orellana se ha quedado, está en el Valencia y parecía desconectado del nuevo estado de gracia que atesora la plantilla. Pero eso fue hasta el partido de Zaragoza. Jugó en Copa y jugó bien. Y especialmente lo que logró Marcelino es ganarse a otro jugador para la causa. El buen rollo lo impregna todo. Y ese buen rollo, sin ser definitivo, le ha tocado de alguna forma también al chileno. Como dice Carlos Bosch, él no va a ser titular. Pero ojo, vuelve a ser futbolista en lugar de un marrón. Y eso ya es mucho.

Confío en Soler

Debe ser el recambio natural para Parejo de cara al partido frente al Deportivo Alavés este próximo sábado a las 13 horas... un horario poco habitual para una ciudad como la nuestra tan acostumbrada al calor y a las altas temperaturas. Y vuelve a su sitio. Soler ya ha indicado que se siente contento jugando en una banda lejos del centro del campo, pero yo intuyo que lo que ha dicho es que se siente contento jugando en su Valencia CF sea en el puesto que sea. Y bien, sea como fuere, lo más probable es que Soler vuelva a su terreno natural y eso debería ser una buena noticia para el valencianismo y para el propio jugador. Será un partido complicado, pero a mi me gusta cómo encara Soler todas las complicaciones,

El policía, un crack

Me pasó ayer a eso de las nueve de la mañana a la puerta del colegio de mis dos hijos pequeños. Un policía municipal, un buen policía municipal y además amigo, un gran tipo, me habló de una realidad que había publicado en mi columna del pasado martes. Me dijo que sí, exultante. que los ‘nanos’ han vuelto a lucir la camiseta del Valencia y que esa noticia le había provocado una alegría tremenda. Compartimos por unos intantes dicha alegría. Y me quedé pensando en los ‘nanos’ que han vuelto al redil. El Valencia, eso es cierto, está recuperando a marchas fozadas su razón de ser. Y sí, Marcelino es muy culpable, pero yo le tiro más la culpa al que trajo a Marcelino. Alemany le ha dado un toque grande al Valencia.

Y lo de Marcelino

El tipo va cumpliendo etapas y lo hace de forma natural, sonriendo, quitándole importancia a todo el trabajazo que está haciendo bien en el Valencia. Pero si hablo de Marcelino es porque comparto con él una de sus frases. "Tenemos mucha ilusión puesta en la Copa...", y yo de alguna forma, aunque en silencio, también sueño con el éxito en esa competición que me apasiona. Y por cierto, desde Koeman el Valencia no se ha plantado en ninguna final. Y esa no la celebramos. E hicimos mal. La Copa la ganó el Valencia y hubiera sido de justicia celebrarlo. Lo de Koeman solo fue una mala anécdota en la historia reciente del Valencia.

Pedro Nebot Rodrigo

Amigo de Facebook y me suena que algo más del pasado. Me cuenta que este Valencia le recuerda al FC Barcelona de los inicios de Pep Guardiola... y yo me quedo con eso y con su idea. Me pasa lo mismo... pero abrazo la prudencia.

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