El Valencia CF jugará esta tarde en Mendizorroza uno de esos partidos trampolín que le servirá para impulsarse de nuevo y coger vuelo si consigue pasar, o para para pegarse un batacazo gordo que le dejaría tocado si no consigue superar la eliminatoria ante el Alavés. Después del aviso que supuso para el equipo la ida de los cuartos de Copa ante los vascos, el partido en Gran Canaria fue de todo menos balsámico. Pese a jugar una buena primera parte, las sensaciones con las que regresó el equipo de la isla no fueron buenas y las próximas jornadas se ven ahora con algo más de nerviosismo porque el calendario se empina. La expulsión de Paulista, que debería tener más sanción económica que deportiva y reflexiva, desconectó al Valencia en Las Palmas y le obligará a sumar puntos ante Real Madrid y Atlético si no quiere que el colchón trabajado sobre el quinto clasificado durante 19 partidos, se esfume en apenas tres semanas. Sin embargo, de ese cuento habrá que preocuparse a partir del jueves porque hoy los de Marcelino deben volver a ser los de Marcelino y sellar su pase a semifinales de la Copa.

El Valencia ha jugado apenas dos semifinales de la Copa en la última década. Las dos fueron contra el Barcelona, en una los árbitros evitaron un marcador ventajoso en Mestalla no expulsando al portero Pinto por clarísimas manos fuera del área y en la otra el Valencia no compareció en la eliminatoria. Es decir, una semifinal de Copa no se juega todos los años y una final hace ahora diez años de la última disputada ante el Getafe. Ese motivo ya debe ser más que suficiente para que los jugadores salgan a morder desde el minuto uno en Vitoria. Para mi, a estas alturas de torneo caer contra el Alavés sería un fracaso doloroso y no únicamente una decepción. Entendería que el técnico se guarde a Garay para el fin de semana porque es el único central que tiene pero el resto de titulares deben jugar.

No será fácil

Pese a la magnífica primera vuelta del equipo pensar que la clasificación para la Champions está casi hecha era una frivolidad la semana pasada y lo es todavía más después de caer en Las Palmas. Marcelino pidió fichajes en enero y Lim se los concedió sabedor de que para la entidad jugar la máxima competición continental el próximo curso es algo indispensable para poder seguir el plan económico marcado y a la vez tener una plantilla competitiva. Ahora bien, la llegada de Coquelin y Vietto no garantiza nada. El equipo debe asentar en esta segunda vuelta, en la que visitará todos los grandes estadios de la Liga excepto el Bernabéu, lo logrado en el primer tramo de campaña y estoy seguro de que pasará momentos complicados y de menos tranquilidad porque los rivales ya han empezado a apretar y a recortar distancias. Es normal y lógico que equipos con mucho más presupuesto ganen partidos, ahora el que debe recuperar la regularidad es el Valencia CF.

El equipo perdió contundencia en diciembre y, pese a que las victorias ante Girona y Depor parecieron haber corregido errores, la realidad es que el Valencia CF debe conseguir cerrar su portería. El equipo valencianista lleva años siendo vulnerable en defensa y pese a que con Marcelino se ha cerrado la sangría defensiva, la realidad es que únicamente en ocho de los 25 partidos se ha conseguido dejar al rival sin marcar. Especialmente peligrosa me parece la dinámica de las últimas semana en las que los rivales consiguen goles sin prácticamente haber generado excesivo peligro y lo suelen hacer por errores muy evitables del entramado defensivo. Se trata de concentración y el equipo por desgracia sufre desconexiones que le están costando carísimas. Con todo ello, el Valencia CF es tercero y goza de una posición envidiosa para sus rivales en la tabla. Depende de sí mismo para estar en Champions y para estar en ´semis´ de la Copa pero debe volver a ser intenso los noventa minutos como lo fue al principio de la Liga para amarrar la música celestial de la Champions.

Recambio de Parejo

Los dos últimos partidos del Valencia CF han dejado una evidente necesidad en la plantilla blanquinegra. Parejo necesita un competidor en el puesto, necesita un recambio. Ante el Alavés el diez no tuvo su partido y en Las Palmas no estuvo por sanción. Ante cualquiera de las dos alternativas, mal rendimiento o sanción/lesión salta a la palestra el ya manido «sin Parejo este equipo no juega al fútbol». Lógico. No hay nadie que haga ese papel, no hay un sólo jugador de ese perfil en la plantilla porque Soler pudiendo jugar ahí no es posición en la que lo quiere el técnico.

Me sorprende que durante meses todo el valencianismo haya coincidido en que Kondogbia necesitaba un recambio y nadie lo haya interpretado como tenerle manía al francés, pero por el contrario si dices que Parejo necesita un recambio se diga que es porque te lo quieres cargar. No, no se trata de eso, se trata de tener alternativas en todas las posiciones y generar una competencia sana en la plantilla en todos los puestos. Cualquier equipo grande y de Champions lo tiene, y en Valencia se ha convertido en tabú hablar de posibles recambios, alternativas o sustitutos en el equipo para el madrileño. Es evidente que es imprescindible en este equipo pero es igual de evidente que necesita competencia y entonces a lo mejor incluso rinde más.