Hoy el Valencia CF tiene un duelo francamente emotivo y luego el calendario se complica de una forma impresionante para el equipo. ¿Y? Pues miren, yo me apunto al carro inicial de Marcelino y como periodista y como persona solo voy a hacer caso al partido siguiente, por lo tanto al de esta tarde-noche en Vitoria frente al Deportivo Alavés. Y es más, en mi cabeza lo tengo claro y pese al tremendo palo frente a la Unión Deportiva Las Palmas creo que lo que conviene es pasar página, reconociendo errores pero sin matar a nadie, y volviendo a creer en Marcelino y en su forma de conducir al equipo. Pensémoslo claro. Si hace un año nos dicen que en La Liga estaríamos en puestos Champions con cierta comodidad y en Copa a un paso de entrar en semifinales no nos lo hubiéramos creído. Por eso debemos hacer todos un pequeño esfuerzo y seguir creyendo en este Valencia CF y en la labor de Marcelino desde el banquillo y desde los despachos. Un error lo puede tener cualquiera. Incluso el poste de Santi Mina en Gran Canaria pudo colocar el cero a dos en el marcador y lo que ahora vemos casi como un pecado mortal seguramente hubiera acabado con victoria dos y en estos momentos no estaríamos dándole vueltas a la cabeza en plan negativo. Lo importante es el presente y por lo tanto debemos dar un paso adelante y pensar únicamente en el duelo de esta tarde-noche frente al Deportivo Alavés, que es de lo que se trata.

Mi amigo Bacharach

Ayer fue un martes normal justo después de un lunes festivo pero ya con todo en marcha, aunque cueste. ¿Y? Pues miren, yo a primera hora de la mañana llevo a mis dos ´nanos´ al cole -al mayor no, el mayor acabó la Universidad hace un montón de años- y ayer me topé con el hijo de Nito Bacharach y los dos llevábamos mala cara pensando en el Valencia CF y en todo lo que tenemos por delante de forma inmediata. Y sí, eso fue ayer, yo también estaba triste y medio cabreado por el palo ante la Unión Deportiva y en el fondo por pensar así de buenas a primeras, sin analizar un poquito todo lo que está pasando. Y lo que está pasando y debemos valorar en su justa medida es que el Valencia ha vuelto a ser un equipo temible en menos de un año y por lo tanto entiendo que debemos ser comprensivos cuando se comete un error y no caer en el victimismo. Hoy, esta mañana, voy a hacer todo lo posible por encontrarme a Bacharach a las puertas del cole -espero que vaya-- e intentar convencerle de que tenemos que seguir creyendo en este Valencia y en Marcelino. Yo lo tengo claro y voy a seguir apostando por este club y este míster. Hagamos un viaje al pasado más inmediato. Hace menos de un año éramos un equipo perdido para todo. Hoy no. Hoy estamos en Champions y nos la jugamos en Copa. Y eso es mucho cambio.

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