C asi dos semanas le ha costado al Valencia CF que gestiona Meriton, con la ayuda de Mateu Alemany, darse cuenta de que la política de precios que eligieron para el partido de vuelta de semifinales de la Copa era totalmente errónea. Tanto es así, que este martes el club se vio obligado a recular, por segunda vez, para intentar seducir al valencianista y tratar de buscar lo más cercano al lleno a la desesperada. Sin embargo, la medida de este martes no contentó en exceso al socio e incluso en muchos casos lo enfadó porque se sintió agraviado respecto a aquellos que no son abonados. El problema de estas cosas es tomar una decisión errónea desde el principio porque aunque luego rectifiques con buena intención, como así ha sido, es complicado que termines contentando al personal.

En este encuentro, el club ha dejado la sensación entre su militantes más fieles de nulo tacto hacia ellos y de estar únicamente preocupados por la economía. Siendo cierto que el club anda siempre justo de tesorería, no es menos cierto que la taquilla que se pudiera haber hecho con este partido habiendo vendido todo a los precios estipulados inicialmente no le da a la entidad para mitigar ninguno de sus graves agujeros económicos. Es decir, desde el principio se equivocaron de objetivo porque jamás se debió priorizar algún millón de euros a la opción de generar un ambiente básico para intentar llegar a una final de la Copa. Jugando una final se podría recuperar ese dinero con venta de productos oficiales, que se disparará por la ilusión, e incluso en conseguir algún patrocinador o conseguir algún ingreso extraordinario. Sí, esto parece algo imposible en el Valencia CF pero deberíamos saber que también existe pese a que aquí no salimos del sota, caballo y rey para generar ingresos.

Guedes y Mestalla

En las últimas semanas, la realidad del equipo, en las que ha acumulado cinco derrotas seguidas, es que le ha faltado gasolina y efectivos para competir a la vez y con garantías en Liga y Copa. Viendo los últimos partidos de los de Marcelino, suena complicado creer en una remontada valencianista pero hay dos factores que lo pueden cambiar. Uno es Mestalla, pese a que se ha hecho tarde y mal la solución del club ayudará a que el templo presente una entrada muy buena y es por ahí, por ese empuje y esa ilusión que transmitirá la grada, por donde pasa buena parte de la remontada. La otra parte, pasa por que el equipo juegue al límite de sus posibilidades y por los pies de Guedes. El portugués se ha machacado para estar disponible y sólo una mala pasada en forma de recaída este miércoles impedirá que esté en el once mañana. Es la gran esperanza blanquinegra, es el jugador que le cambia el estado de ánimo a una afición que el lunes volvió a empezar a creer en la remontada simplemente cuando vio las fotos de Gonçalo entrenando con sus compañeros.

El luso, más conocido como Ducati MotoGP, es el nuevo líder de la afición y el jugador que cambia partidos con su calidad. Todos los grandes que he visto en el Valencia CF tuvieron su consagración en alguna noche como la de mañana. Esta es la de Guedes y todos le imaginamos cabalgando hacia la portería azulgrana y haciendo explotar de alegría al valencianismo diez años después. Es su momento y todos creemos un poco más si el juega. Llevo quince días soñando con la Avenida de Suecia a reventar celebrándolo y creo que va a pasar. De verdad.

La secretaría técnica

Hace justo un año, el Valencia CF preparaba una operación de marketing y publicidad que se tituló ´La gran secretaría técnica del VCF´. El club utilizó todo su aparato mediático, afín al entonces director de marketing, para vender la moto sin ruedas de que estaba preparando una estructura deportiva súper potente a nivel mundial con muchos scoutings para tener controlado el mercado internacional. Todos aquellos publirreportajes terminaron con la elección de Talín como director deportivo y Vicente como secretario técnico. Ellos fueron los encargados de ponerle cara y ojos a esa secretaría técnica y firmaron a los scoutings. La nueva súper estructura estuvo formada a final de abril aproximadamente y hoy, sólo nueve meses después se demuestra que aquello fue otra mentira y más fuegos de artificio para calmar al personal. Meriton no cree en ese modelo y por eso con la llegada de Alemany se volvió al que quería Lim desde su llegada, la decisión final depende del míster, como dijo el propio mallorquín hace unos meses. De las siete personas que conformaban la secretaría técnica, hoy sólo quedan tres que se dediquen a jugadores profesionales y hace unos días se ha rescindido el contrato de Antonio Salamanca porque se le quiso pagar la mitad de lo pactado hacía diez meses. Alesanco no fue sustituido como director deportivo pese a que Vicente pensó que el cargo sería para él y no hubo cambio porque Meriton nunca ha querido tenerlo.