El Valencia CF se presentó en el Pizjuán con la opción de dar carpetazo a la Champions y no fallóChampions. Lo hizo a lo grande, mostrando la imagen más seria de la temporada, la más efectiva y dejando al Sevilla, un club con un presupuesto de 40 millones más que el valencianista, muy lejos de la pelea por la máxima competición europea. Sevilla dio para mucho disfrute del personal porque se ganó en un estadio donde no se ganaba desde hacía 14 años, los mismos que han servido para crear una rivalidad de alta tensión con los andaluces, y porque jugadores como Neto, Kondogbia o Rodrigo terminaron de consagrarse como los nuevos referentes de esta afición. El portero brasileño se ha ganado a la gente con sus paradas salvadoras y ha silenciado ese debate de que no se tira en los goles. El delantero ha conseguido demostrar que en su sitio es un jugador de mucho nivel y con gol, mientras que el francés es el gran líder de este equipo. Jugador diferencial por el que ya en diciembre se tenía claro en el club que pagarían los 25 millones de euros.

Los fichajes de la próxima temporada, la planificación y el regreso a la Champions deberían ser un motivo que ilusionara a la afición en estos meses que vienen. Sin embargo, en este club y en esta ciudad, es casi imposible disfrutar las cosas buenas porque siempre hay algún problema que lo impide. En este caso es la famosa sanción de Bruselas al Valencia CF. Deslizan de manera intencionada determinados cargos políticos de la ciudad, en algunos casos declarados levantinistas y con odio visceral a todo lo que huela a Mestalla, que el dinero que ingresará el conjunto valencianista por su participación en Champions servirá para pagar la sanción que Bruselas impuso al Valencia CF, de 23,4 millones de euros. En el Gobierno Valenciano tienen la convicción de que el Tribunal de Bruselas, no la Comisión como confunden algunos, denegará la cautelar y el recurso que el Valencia CF formuló para intentar anular la sanción.

Siendo muy posible este final, que el Tribunal reafirme la sanción impuesta por la Comisión Europea, no es menos cierto que el IVF tendrá un gran marrón entre manos. Desde hace meses se ponen el escudo de que se verán en la obligación de recuperar el dinero porque se lo obligan desde Bruselas. Sin embargo, eso es ponerse de perfil al problema y tratar de evitar responsabilidades. ¿Cómo se explicaría que un Gobierno que ha defendido ante un Tribunal en Bruselas la versión del Valencia CF por entender que la sanción es a todas luces injusta, terminara exigiéndole el pago de aquello que considera injusto? No se sostiene. Además, el IVF tiene otro problema gordo, y es que si exige el pago inmediato y en efectivo de los casi 23,4 millones al Valencia CF automáticamente se verá en la obligación de exigir lo propio al Elche y al Hércules. Mientras el Valencia CF podría asumir ese pago, restándole ello mucho potencial deportivo, para los dos clubes alicantinos supondrían la desaparición directa por no poder asumir dichos pagos sin quebrar.

Hay quien quiere entender que exigir un trato justo para el Valencia CF es criticar a este gobierno por ser de un color político u otro pero nada tiene que ver. La política no es algo que me interese pero sí me molesta que haya determinados cargos políticos de responsabilidad en esta ciudad que lleven tiempo repitiendo en al intimidad que «menudo palo» le van a meter a los chotos. Eso no es política, ni es justicia, eso es odio al valencianismo y tratar de aprovechar la coyuntura para cobrar algo que no les toca. Las ayudas al fútbol que dieron Camps y sus amigos jamás debieron de darse, pero eso no convierte en culpable al actual Valencia. Meriton devolvió al IVF el dinero que tuvo que poner en su día y los intereses generados y se podría entender una sanción mínima como castigo, pero siempre que ese castigo también lo recibieran aquellos que firmaron todos esos papeles. Defender que Peter Lim es millonario y por eso debe pagar pero a la vez no reclamarle responsabilidades a ninguno de los firmantes, (Piles, Llorente, Olivas, etc.) como poco es de cobardes. Y ahí, englobo tanto a los políticos que se esconden tras las órdenes de Bruselas, como a los dirigentes del Valencia CF que jamás han tirado de la manta y han sentado en un banquillo a los que no sólo firmaron aquel préstamo y aval si no que luego no pretendían pagarlo con la excusa de que «si el Consell pagaba las motos, el tenis y la Fórmula Uno...que pagara también el fútbol».

Bruselas tiene la palabra y dictaminará, sin embargo, cuando llegue la palabra desde Bruselas será el Gobierno Valenciano el que tendrá que decidir cómo capea el temporal. Ellos saben que la sanción es injusta, ellos saben que el IVF cobró lo que tuvo que poner y por tanto exigirle al Valencia CF 23,4 millones en concepto de recuperación sería mentir. Porque estarían recaudando pero no recuperando, eso ya lo hicieron el 1 de diciembre de 2014, que fue el día que Meriton pagó al IVF. A todos les interesa encontrar un buen acuerdo.

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