­El bucólico paisaje que se dibujaba hace alguna semanas en El Madrigal se ha disipado completamente. La entidad, tras terminar cuarta en Liga y ser semifinalista de Europa League, se preparaba para la posibilidad del retorno a la máxima competición europea. La dirección deportiva había trabajado para firmar varios refuerzos ofensivos que elevaran el nivel de la plantilla bajo las órdenes de Marcelino García. Sin embargo, con el año comenzado y con el mercado a pocas horas de cerrarse, el panorama ha variado considerablemente. Según Radio Montecarlo, el Mónaco pretende obtener la cesión de Alfred N’Diaye de cara al cierre del mercado. El francés llegó este verano procedente del Real Betis tras abonar una cantidad cercana a los nueve millones de euros. Su estado aparente pésimo estado de forma fue uno de los puntos de fricción entre Marcelino y la directiva amarilla. Tampoco han convencido sus actuaciones en los primeros partidos del curso. Sin ser una opción válida para la zaga, ni tampoco para el medio centro, el Villarreal valora la salida del jugador que llegó para ser importante en la Champions. Una operación que podría tildarse de rocambolesca de confirmarse.

Fernando Roig, que se cargó al técnico asturiano por desavenencias en la gestión deportiva como la llegada del galo, firmó a Fran Escribá a pocos días de la vital eliminatoria europea frente al Mónaco, que posteriormente perdieron y les envió de nuevo a la Europa League. A ese mazazo hay que añadirle las numerosas bajas por lesión que ha sufrido la plantilla, sobre todo la de larga duración de Roberto Soldado, que obligó al club de La Plana a buscar otro delantero en el mercado. Después de acometer varias de las operaciones más caras de la historia del Submarino como la de Soriano, al término del periodo de traspasos parece que el nuevo preparador no está contento con las piezas con las que dispone y el club deberá moverse sobre la bocina tirando por la borda toda la planificación estival. Pese a las numerosas llegadas, el equipo tiene un déficit en la posición de defensa central al contar tan solo con Víctor Ruiz y Musacchio, ya que Bonera está lesionado. De hecho, el propio preparador valenciano demandó la llegada de otro futbolista para esa posición tras empatar frente al Sevilla. Un problema al que se le ha añadido en las últimas horas la búsqueda de otro medio que dé descanso a Trigueros y a Bruno después de la baja de Tomás Pina. El club amarillo se está moviendo rápidamente para solventar estas cuestiones.

Lo que queda de manifiesto es que pese a haber realizado una gran planificación con vistas a una campaña con Champions League y haber acometido las incorporaciones necesarias con celeridad, el técnico demanda más recursos en su plantilla y los amarillos se moverán antes del cierre.