El Eurobasket 2017 va tomando mejor color una vez superada la primera fase. Los encuentros de octavos de final depararon alguna que otra sorpresa y la confirmación de que España sigue siendo el principal candidato al oro.

La FIBA, incómoda al ver que el reparto de los patrocinios ha provocado que la Euroliga desplace de sitio a sus competiciones, ha reaccionado programando un Eurobasket de 24 selecciones, con el resultado de un ritmo de partidos difícil de seguir para el espectador ocasional de baloncesto, precisamente el tipo de perfil al que se quiere rescatar.

No obstante, los cruces han realimentado el interés por el torneo, que ha visto partir a dos de los equipos de los que más se esperaba, Lituania y Croacia.

Las siempre imprevisibles Grecia y Rusia han demostrado, una vez más, su instinto de supervivencia. En el equipo ruso destaca, como se preveía, el elegante escolta Alexei Shved, un jugador al que se agarran de forma desesperada sus compañeros.

Grecia, sin Spanoulis ni Antetoukounmpo, pero con su tradicional astucia, será su rival en cuartos de final. Será uno de los partidos estrella de esta ronda junto al que disputarán Italia y Serbia.

El seleccionador transalpino, Ettore Messina, muy crítico con la próxima reordenación del baloncesto que pretende la FIBA, ha configurado un equipo rocoso desde los cimientos ofensivos que suponen los aleros Belinelli y Datome.

Italia parte como favorita ante una Serbia debilitada por la ausencia de Teodosic pero en la que se vislumbran siempre jóvenes talentos listos siempre para tomar el relevo.

Eslovenia, con el madridista Luca Doncic y Letonia, con el NBA Kristaps Porzingis (Nueva York) son dos de las selecciones que más han crecido en los últimos años, fruto de un excelente y calmado trabajo en la formación de jóvenes.

También quiere emerger una nueva generación de baloncestistas alemanes, aunque en su caso les ha tocado afrontar el cruce más desigual de esta fase.

Delante de ellos estará España, que no perdona los errores. Croacia y Turquía amagaron con la sorpresa, pero el grupo de Scariolo no ha sufrido el tan temido día tonto de este tipo de competiciones. Y no debería llegar ante los germanos. España mantiene al mejor Pau Gasol y ha recuperado a un Ricky Rubio más maduro y confiado.

Scariolo ha conseguido definir con claridad el rol de cada jugador. La ronda de cruces es, además, el terreno en elque mejor se desenvuelve un equipo que enfila la última semana como gran favorito a coronarse en Estambul.