Llegar a final de mes con un balance positivo entre lo ingresado y lo gastado es una sensación reconfortante. Contar con una cantidad, por muy pequeña que ésta sea, con la que poder ahorrar para futuras inversiones o simplemente para permitirse un capricho, es algo que no puede permitirse todo el mundo y, ni mucho menos, se garantiza todos los meses.

Sin embargo, existen diferentes métodos que ayudan a llevar un control sobre los gastos que cada persona pueda tener mensualmente y lograr exprimir al máximo los ingresos que se perciben. Una de esas técnicas llega desde el país del sol naciente y tiene más de un siglo de vida: el Kakebo.

Este método oriental nació en 1904 de la mano de Matoko Hani, fundadora de ''La compañera de la mujer'', la primera revista femenina de Japón. El objetivo de dicha técnica era la de controlar las finanzas del hogar y ofrecer más poder a las mujeres del país.

El kakebo es un libro de cuentas en el que los gastos se encuentran representados como un malvado lobo y los ingresos por un cerdito al que hay que ir alimentando. Se divide en trimestres, semanas y días y tendremos que ir anotando ingresos y gastos fijos estimados. Evitar que el lobo alcance al cerdito es, como en el cuento, el objetivo.

Además, hay que establecer un objetivo financiero mensual, un cambio de hábito con el que mejoraremos en dicho objetivo y una predicción del dinero que ahorraremos. Una vez introduzcamos todos los datos comenzará la aventura. Estos pequeños trucos y cambios de hábitos ayudarán a hacerse una idea de que se hace con el dinero mensualmente, cuales son los gastos más importantes y en donde se puede recortar.

Sin embargo, que el Kakebo funcione depende de la persona que lo lleva a cabo, es cuestión de fuerza de voluntad que los objetivos preestablecidos se lleven a cabo o no.