El Gran Premio de Rusia, en el que el valenciano Roberto Merhi recupera el volante del Manor tras ser sustituido por Alexander Rossi en las dos últimas carreras, comenzó de forma positiva al acabar la primera sesión de libres del viernes por delante del Sauber de Marcus Ericsson y de su compañero Will Stevens.

Pero todo cambió en la segunda tanda con la llegada de la tormenta. La lluvia caída en Sochi impidió al benicense saltar a la pista para corroborar la superioridad sobre su compañero y rival Stevens, además de privarle de horas de rodaje vitales tras dos semanas inactivo. Por si no fuera suficiente este castigo, Merhi fue sancionado con 20 puestos por la organización por cambios en la mecánica de su Manor -10 puestos por utilizar su quinto ICE, otros cinco por el quinto Turbo y cinco más por el quinto MGU-H- por lo que saldría último con toda seguridad, de no ser por que su compatriota Fernando Alonso ya cumula 35 en la primera jornada puestos de penalización por cambiar el motor de su McLaren.

El español se tomó este castigo con humor, al comentar que «son menos que en Spa, que teníamos 55, así que no estamos ni cerca del récord», e incluso con alegría, ya que este cambio de mecánica se debía a que el equipo quiere proteger el ansiado nuevo motor que probó en los primeros libres, en los que «dio el extra de potencia que esperábamos de él y también una fiabilidad extra», apuntó Alonso.

Conscientes de que la sanción por el cambio de motor anula cualquier buen resultado de Alonso en Rusia, McLaren decidió montar para la segunda sesión y para la carrera el propulsor utilizado en Japón y «reservar el nuevo hasta Austin, donde tendremos más posibilidades sin penalizaciones».

Respecto a la carrera del domingo, en la que de momento es difícil pronosticar un favorito -más allá del dominio de Mercedes- por la poca actividad en las sesiones del viernes en las que los más rápidos fueron Nico Hulkenberg (Force India) y Felipe Massa (Williams), el asturiano dijo que «simplemente trataré de disfrutar».