La italiana María Teresa De Filippis, primera mujer piloto de la historia de la Formula 1, ha muerto este sábado a la edad de 89 años.

De Filippis debutó en 1958 en las calificaciones del Gran Premio de Mónaco y consiguió una histórica décima plaza en la Carrera de Spa (Bélgica).

La napolitana, nacida en 1926, se acercó al automovilismo tras una apuesta con sus hermanos sobre cuanto rápido hubiera podido conducir, que terminó con un triunfo en su estreno con un Fiat 500. En su carrera, De Filippis disputó tres carreras en la temporada 1958, consiguiendo una histórica décima plaza en Bélgica.

La piloto se retiró de la competición tras la muerte del francés Jean Behra, dueño de su equipo, en un dramático accidente en la carrera de Alemania de 1959. "Han muerto demasiados amigos", declaró De Filippis en 2006 al periódico inglés The Observer.

Sin embargo, a pesar de ser la primera mujer piloto de la historia de la F1, la italiana aseguró que nunca sufrió por los prejuicios de la gente.

"Un jefe de carrera dijo que el único casco que una mujer tenía que llevar era el del peluquero. Aparte de eso, no creo que haya tenido prejuicios, simplemente sorpresas por mi éxito", declaró en una vieja entrevista a The Observer.