Lewis Hamilton dio muestras de su mal carácter tras la carrera de Bakú en la que tuvo un incidente cuando luchaba por la pole en la jornada de calificación previa a la carrera, aunque por suerte sin testigos ni víctimas. El piloto inglés llegó a la habitación de su hotel y en vez de buscar un baño relajante, optó por desestresarse rompiéndolo todo el mobiliario, tal y como ha confirmado Niki Lauda, capo de Mercedes. El propio Hamilton no tuvo reparos, eso sí, en correr con los gastos de su frustrante enfado.

Por otro lado, el histórico piloto austriaco desveló que la conversación en la piscina en la que Hamilton y Rosberg firmaron la paz fue un montaje. La situación entre ambos "empeora cada vez que Rosberg gana", aseguró Niki Lauda.

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