Fernando Alonso lo ha vuelto a hacer. Después de anunciar a bombo y platillo su marcha temporada a la IndyCar para correr las 500 Millas de Indianapolis, ante su frustración por un motor Honda 30 km/h más lento que sus rivales, ayer volvió a repartir contra los ingenieros japoneses.

En plena carrera del GP de Baréin se quejó por la radio de la escasa potencia del MCL32, que vio cómo Jolyon Palmer y Daniil Kvyat le acabaron quitando hasta las pegatinas en la recta de meta, después de haberlos aguantado bastante bien en las zonas reviradas, mérito del chasis del McLaren.

"¡Nunca he corrido con tan poca potencia en mi vida!", clamaba a su ingeniero de pista, mientras luchaba en vano por defender la décima posición