Primero fue la huelga, después las Fallas, ahora la lluvia y, después...¿qué viene después? Pascua. Entre unas cosas y otras son muchos los equipos que llevan hasta tres fines de semana sin disputar partidos oficiales. La mayoría van a ver como en la recta final del campeonato han de jugar dos veces por semana para poder acabar cuando lo hace la competición, al mismo tiempo que sus rivales. Otros, con suerte, solo tendrán en encuentro pendiente y les será más fácil cuadran agendas.

La huelga era una necesidad. Es de esos partidos aplazados que sabes que son por tu bien, por tu futuro y el del fútbol base. Pero lo cierto es que deja una jornada en el aire. Después llegaron las Fallas. Aunque en un principio estaba previsto que se descansara el fin de semana del 14 y 15 de marzo, fueron muchos los equipos -sobre todo, de fútbol-8- que prefirieron jugar esos días y que la jornada de descanso fuera la siguiente. O sea, este fin de semana. Quienes, sin embargo, no optaron por tomar esa decisión intentaron disputar sus respectivos partidos los días 21 y 22 de marzo. Pero no contaban que, además de la resaca fallera, la lluvia iba a hacer acto de presencia. En definitiva, han sido muchos los partidos que se han suspendido, sobre todo en la jornada del domingo, en la que el agua no dejó de caer sobre los campos de fútbol.

Este fin de semana, sin embargo, el calendario y, según las previsiones, la lluvia van a dar una tregua a los equipos de fútbol. Se podrá jugar, se volverá a competir y se retomará la rutina de la competición. O no. Porque la siguiente semana ya entramos en Semana Santa. Y, consecuentemente, hay otro descanso liguero. Aunque las vacaciones de Pascua escolares se alarguen hasta el día 14 de abril, la mayoría de las categorías retomará sus ligas el fin de semana anterior. Es decir, que solo habrá un fin de semana de descanso. Algunas escuelas apostarán por jugar partidos pendientes en esos días, otras muchas, sin embargo, organizan torneos y no podrán poner su calendario al día.

La cuestión es que cada vez estamos más cerca del final de temporada. El calendario se aprieta y todo el mundo tiene ganas de que la normalidad se instaure en el mismo. En definitiva, marzo ha sido un mes loco para el fútbol base.