La esencia del fútbol humilde que compite contra los más grandes. Año a año el San Marcelino es el mejor ejemplo y el reflejo de aquellos equipos que quieren situarse en la élite del fútbol valenciano. Con una estructura definida y muchas horas de trabajo, esta escuela es uno de los pilares formativos en el deporte rey. En ese escenario, todos los componentes de esta gran familia disfrutan de cada entrenamiento, partido o incluso una simple charla técnica antes de saltar al césped, donde entonces sí da paso el fútbol y es momento de que la grada disfrute.

Sobre el campo Municipal San Marcelino empieza la fiesta. Cada pase da paso a un aplauso. Cada remate a un grito de asombro por parte de la grada y cada gol supone una celebración. La ilusión es semana a semana la misma y el resultado es en la mayoría de los casos muy positivo, algo que evidencia que el trabajo está dando sus frutos. En ese sentido las horas de los técnicos puliendo a las pequeñas joyas que visten la camiseta del San Marcelino tienen su recompensa una vez los futbolistas se ponen las botas y se atan los cordones.

Sobre el terreno de juego la filosofía del San Marcelino es clara. Disfrutar es la base de todo el éxito y ésta debe llegar haciendo que todos se sientan partícipes. En ese contexto es innegable que los resultados cobran una importancia, aunque sea relativa, ya que competir es otra de las etapas que deben quemar los más jóvenes en su formación como futbolistas.

Para lograr que todo siga el camino adecuado, la comunicación es otra de las bases sobre las que se asienta el proyecto del San Marcelino. Por ese mismo motivo el club impulsa reuniones periódicas, la última de ellas en Navidad, para tratar de poner en común las impresiones de la primera parte de la temporada, algo que sin duda hace sentirse más integrados a los familiares de los jugadores. Ese entorno tan cuidado y en un ambiente excelente de trabajo provoca al fin y al cabo que el San Marcelino haya logrado grandes éxitos en el pasado y mire al futuro con la seguridad de que éstos seguirán llegando.

La mejor forma para que eso suceda es sin duda tener una buena organización de trabajo algo que sí ocurre en San Marcelino. Desde la dirección deportiva y los coordinadores, tanto de Fútbol-8 como de Fútbol-11, se diseñan los planes de entrenamiento para que todas las horas de formación y preparación lleven un camino estudiado hasta el más mínimo detalle.

Un club solidario

«Como todos sabéis, el CDA San Marcelino tiene como filosofía no sólo formar futbolistas, sino formar y educar personas», se puede leer en una de las noticias de la web de la escuela. Esas palabras son el reflejo de que su intención de enseñar a los jóvenes, que disfrutan vistiendo la camiseta de esta entidad, abarca mucho más que unas lecciones de fútbol. La ilusión del club es formar personas y por ello impulsan iniciativas solidarias como recogidas de alimentos.