Hay veces, en esta profesión de periodista, en las que una noticia te obliga a cambiar todo tu trabajo, a rehacer todo lo escrito, sea la hora que sea, incluso a última hora de la tarde. A nadie le agrada tener que cambiar su trabajo. Sin embargo, ayer lo hice encantada.

Pasadas las ocho de la tarde la cuenta de Twitter oficial del Torre Levante (@CFTLO) lanzaba una noticia, la mejor que podría dar, la que muchos de los amantes y seguidores del fútbol base llevábamos esperando desde el pasado mes de diciembre. Ferran Raimundo, aquel portero alevín que conmocionó a todo el panorama futbolístico valenciano tras sufrir un derrame cerebral, volvía a los terrenos de juego. "¡Sorpresa en Orriols! ¡Ferran entrenando el específico de porteros! #grandeFerran #Esfuerzoyrecompensa". Acompañaban el tuit con tres imágenes del joven jugador realizando paradas y trabajando con el resto de sus compañeros. ¡Qué bien! Por fin Ferran se ha recuperado al cien por cien.

Cuando hablé con él en marzo, en el triangular provincial que organizó la Federación de Fútbol de la Comunitat Valenciana, me dijo que estaba deseando volver a jugar, que ya tenía ganas de regresar a los entrenamientos, a divertirse con esos compañeros que no han dejado de apoyarle en todos esos meses. Sus padres llamaban a la calma. No querían adelantar acontecimientos, pensando sobre todo, en la salud y el futuro del pequeño. Pero su fuerza de voluntad, sus ganas de salir adelante y su vitalidad han dado una lección a todos, desde los médicos hasta a sus padres. Ferran ha demostrado que si quieres, puedes, que cualquier barrera que se te ponga en el camino se puede saltar y superar.

Lo reconozco, me emocioné y me sentí tremendamente orgullosa cuando le vi entrenándose. E inmediatamente hablé con su madre. "Él está super contento, se lo ha pasado muy bien", me dijo Maria Luisa. Y yo ya me lo imagino, con su eterna sonrisa, con esos ojazos que transmiten alegría y felicidad, y deseando que llegue el próximo día en el que su padre le lleve a Orriols para entrenarse, para cumplir un sueño y una promesa que le hizo la Federación en Los Silos, llegar a ocupar algún día la portería de la selección valenciana.