En ocasiones, el fútbol sorprende. Conocidos son los casos de extraordinarios futbolistas que han visto a sus hijos continuando su legado y llegando también a convertirse en profesionales. Sin embargo, pocos han conseguido hacer historia en el COTIF como lo han hecho José Manuel y Aitor Embela, padre e hijo. El primero capitaneó al Valencia CF en la edición de 1990 y el martes, 25 años después, fue Aitor quien debutó con la selección nacional de Guinea Ecuatorial, también luciendo brazalete.

El joven cancerbero ecuatoguineano completó un excelente partido ante Chile y, pese a la derrota, salvó a su equipo de una clara goleada. Embela demostró estar ya fogueado y saber liderar a una joven selección que persigue situarse, a largo plazo, entre las mejores formaciones del continente africano. El portero milita en el Reus de Segunda B tras formarse en las canteras del Altura, Villarreal y Málaga.

Si bien el trabajo de Aitor es evitar goles, el de su padre era marcarlos. José Manuel empezó en las inferiores del Valencia CF, equipo con el cual visitó l´Alcúdia en 1990 luciendo el brazalete. Resulta curioso que tras abandonar la entidad de la capital del Turia recalara en la SD Sueca, para pasar luego por el CD Almassora, por el CD Teruel y posteriormente por la UE Figueres. En el club catalán fraguó su mejor etapa, marcando en una temporada la friolera de 24 goles. En 1996 fichó por el Málaga CF para más tarde defender los colores de clubes como el Nàstic, el Ceuta o el Girona. Se inició como entrenador en el CD Altura y ha pasado por el Villarreal CF, la selección olímpica y la sub-16 de Guinea Ecuatorial, y el Moghreb Atlético Tetuán, último campeón de la liga marroquí, siendo director técnico y encargado de las categorías inferiores.

José Manuel Embela firmó con el Valencia CF un buen COTIF, finalizando en la edición de 1990 en cuarta posición por detrás del campeón Brasil, de la selección nacional de la URSS y de España. Complicado lo tendrá Aitor con Guinea para igualar los registros de su padre, pues los africanos están encuadrados con dos gallitos como el Atlético de Madrid y Chile (el verdugo de los africanos en su debut), más la mejorada selección de Catar, con la que ayer empataron.