El Levante dio un golpe de efecto en su grupo tras ganar al Villarreal, en un encuentro en el que los granotas se mostraron intratables en defensa y apenas dejaron que su rival contara con ocasiones claras. Los levantinistas aprovecharon los espacios que dejaron los amarillos tras el gol para llegar con peligro al marco rival. Sin embargo, el resultado ya no se movió.

Los primeros instantes fueron de dominio alterno, aunque sin excesivo peligro. Solo una falta lanzada por el granota Puertas y la posterior réplica de Galdón para el Villarreal amenazaron el empate sin goles inicial. El conjunto de Javi Prats fue adueñándose de la pelota poco a poco, mientras los levantinistas se limitaban a esperar a su rival y a defender con orden. El submarino protagonizó una jugada trenzada que no encontró rematador por poco, e instantes después los granotas llegaban al marco rival gracias a una galopada de Fabra y el posterior remate de Pitu. Al filo del descanso, no obstante, se produjo el primer y único tanto, obra de Christian. El joven azulgrana bajó al suelo el esférico para driblar a un defensor y enviar su disparo dentro de las mallas, pegado al poste.

El Villarreal subió las líneas y empezó a acechar el marco defendido por Fran. A los diez minutos, Lama envió por encima del larguero la mejor ocasión grogueta y Pitu replicó con una galopada por banda que desaprovechó al escorarse demasiado. Los azulgrana aprovechaban los espacios para hacer daño a su rival a la contra y, en un balón dividido sobre los tres cuartos de campo, Iborra se sacó un espectacular zurdazo que obligó a Marc a realizar una preciosa estirada para evitar el segundo tanto.

Los granotas se animaron y empezaron a divertirse ofensivamente. De nuevo Pitu llegó hasta el área contraria para ceder a Guido, quien hizo lucirse al cancerbero del Villarreal. Lama replicó con un disparo desde 30 metros que estuvo a punto de envenenarse; Davide obligó a Fran a intervenir acto seguido. El partido estaba bonito, con un Villarreal que buscaba el empate y un Levante que seguía buscando la meta contraria. De hecho, Guido pudo sentenciar en una maravillosa jugada individual. No obstante, el tiempo se consumiría con el 1-0 final en el marcador.