España demostró que entre sus muchas virtudes también está la capacidad para sacar adelante partidos pesados y sin ningún interés. Ese tipo de partidos que se convierten en un ejercicio de paciencia porque para ganarlos requieren un trabajo minucioso. Porque visto el estreno ante Nueva Zelanda, Milutinovic optó por evitar otro espectáculo de variedades y transformó a Irak en un equipo ultradefensivo, molesto e impertinente. Todos las dificultades quedaron resueltas gracias a la amable interrupción de David Villa, cuyo afecto con el gol liberó al espectador de noventa minutos de fútbol insufrible y difícil de soportar. España cumplió con lo mínimo, selló su pase a semifinales y sigue esperando la acción que presumiblemente ofrecerán ante Brasil e Italia a partir de las semifinales.

Todo fue mucho más lento de lo habitual. Con todo el equipo iraquí defendiendo, la Selección no encontró espacios y terminó por alejarse del alto ritmo de juego que le caracteriza. Sin ocasiones importantes, el choque entró en una dinámica desagradable y molesta. La solución para no desesperarse en estos casos suele pasar por detenerse en las cosas más pequeñas: el acierto de Xabi Alonso en la dirección del equipo, la profundidad de Sergio Ramos y Capdevila por las bandas o las cuatro novedades de Vicente Del Bosque en el XI titular. Piqué y Marchena no tuvieron prácticamente trabajo, Cazorla sigue cogiendo el tono que le falta tras su lesión y Mata tuvo una participación más que acertada, con detalles interesantes como la pared que tiró con Silva en los minutos finales. La acción cerquita estuvo de terminar en gol.

´Catenaccio interruptus´

La Roja no pierde su estilo ni en los peores momentos. Dominó el pleito de principio a fin. Nada que reclamarle pues a Del Bosque sobre el planteamiento táctico que dispuso. En los momentos de más atasco, quizás se echó de menos un jugador que ofreciera desborde pegadito a la banda, pudo llegar el momento de Pablo Hernández. Pero entonces, Mata y Capdevila crearon una situación de superioridad en la banda izquierda y el primer centro medido del lateral lo convirtió David Villa en un grito de liberación. Testarazo ajustado al palo para convertirse en el segundo máximo artillero de la historia de España (30 goles en 46 partidos). Si el delantero asturiano mantiene este ritmo realizador cuando tenga la edad de Raúl llevará unos setenta goles.

Con el cerrojazo de Milutinovic reventado, la selección española jugó sus mejores minutos. No ofreció nada especial, tampoco lo buscó y así terminó el partido. España, que no pierde desde noviembre de 1996, enlazó 34 encuentros consecutivos sin conocer la derrota y está a sólo uno de igualar la racha que la selección brasileña estableció entre 1993 y 1996. Este grupo de jugadores está haciendo historia rompiendo récords de imbatibilidad e individuales.

. Ficha técnica:

1 - ESPAÑA: Iker Casillas; Sergio Ramos, Marchena, Piqué, Capdevila; Xabi Alonso, Xavi (Busquets, m.80), Cazorla (Silva, m.66), Mata; Fernando Torres y Villa (Guiza, m.74).

0 - IRAK: Mohammed Kassid; Salam Shaker, Mohammed Ali, Fareed, Ali Hussein, Basem Abbas; Muayad Khalid, Nashat Akram, Samer Saeed (Kareem, m.59), Hawar Mulla (Karrar Jasim, m.69); y Alaa Abdul (Mahmoud, m.79).

Gol: 1-0, m.55: Villa.

Arbitro: Matthew Breeze (Australia). Mostró cartulinas amarillas a Xabi Alonso (36), Marchena (52) por España, y a Basem Abbas (28) por Irak.

Incidencias: encuentro correspondiente a la segunda jornada del Grupo A de la Copa Confederaciones, disputado en el Free State Stadium de Bloemfontein ante la presencia de 28.000 espectadores.