Hace hoy siete días, el Espanyol lloraba de emoción en la inauguración de su nueva casa, el Cornellà-El Prat. Era el 2 de agosto, una jornada de ilusión, el inicio de una aventura con más de 34.000 socios engachados. Pero la alegría se ha convertido en tragedia con sólo un chasquido de dedos. Daniel Jarque, el capitán, un perico auténtico, falleció en la tarde de ayer en la concentración del Espanyol en la localidad italiana de Coverciano. El central estaba hablando por teléfono con su novia (19:00 horas) cuando sufrió un ataque al corazón y dejó de hablar. Alertada por el silencio, contactó con el amigo y compañero de habitación, Ferran Corominas, quien lo puso en conocimiento del delegado, José María Calzón, que subió a la habitación del futbolista y lo encontró sin conocimiento en el suelo. Jarque rehusó participar en la visita a Florencia, en la tarde libre que había concedido Mauricio Pochettino, y prefirió quedarse en el hotel.

La vida de Dani Jarque se ha consumido a los 26 años por una asistolia —ausencia completa de actividad eléctrica en el miocardio— en el Centro Técnico Federal de la FIGC. El doctor Cervera le practicó el protocolo RCP —reanimación cardiopulmonar— y hizo uso del desfibrilador, que confirmó que se trataba de una asistolia no desfibrilable. A los pocos minutos llegó la primera ambulancia de los servicios de urgencias de Florencia, que realizó un nuevo intento con el desfibrilador que llevaban, que constató el mismo diagnóstico. Los servicios médicos siguieron el protocolo de RCP, administrando adrenalina y atropina durante una hora, pero el corazón del jugador no reaccionó y se determinó el fallecimiento.

La expedición del Espanyol está rota, ha decidido suspender la gira que tenía programada por Italia y regresará hoy a Barcelona. Hace unos días participó contra el Nápoles, hoy iba a jugar otro amistoso contra el Bolonia y días después un tercero frente al Livorno, partidos que han quedado cancelados.

Adiós a un símbolo de cantera

Alberto Ariza, presidente de la Federación Catalana de Peñas del Espanyol (FCPE), lamentó el repentino fallecimiento del que iba a ser el capitán en Cornellà-El Prat. «No nos lo podemos creer. Son momentos muy complicados para el españolismo. Lamentamos profundamente el fallecimiento de Dani. Ha sido un golpe muy duro». El presidente de la FCPE estacó que Jarque era «un símbolo de la cantera» que siempre «se prestó a ayudarnos en todo lo que ha podido y nunca tuvo un no para nosotros».

El fútbol no da crédito a la noticia y expresa su tristeza

Jorge Carretero, portavoz de la Federación Española de Fútbol (RFEF), expresó su «tristeza y pesar» por el fallecimiento de Jarque. «Quisiera expresar el dolor que sentimos desde la Federación y toda la familia del fútbol», afirmó Carretero, quien se enteró de la triste noticia mientras seguía el partido amistoso que el Alcalá, club que preside, enfrentaba al Getafe.«Es una injusticia que cualquier persona pierda la vida, y máxime que un deportista como él fallezca de esta manera. Te entristece mucho más si cabe», apuntó Carretero sobre Jarque, quien llegó a ser capitán de la selección sub'21.

El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, señaló que tanto él como la familia barcelonista «estamos consternados ante este trágico suceso y que lamentamos profundamente». «Hoy (por ayer) estamos todos de luto», apuntó el presidente culé desde San Francisco, donde se encuentra de gira azulgrana, que esta madrugada lució un brazalete negro en señal de respeto por el capitán periquito en el amistoso contra el Chivas.

El Real Madrid también quiso mostrar «su solidaridad a toda la familia» de Dani Jarque, y a su afición «en estos momentos de dolor» mediante un comunicado difundido a través de su página de internet, como también el Atlético de Madrid, que mandó «su más sincero pésame a sus familiares y amigos, y al Espanyol SAD por tan irreparable pérdida». Raúl González definió a Jarque como «un gran profesional y un gran deportista».

Una vida entera como ´periquito´

Vivió toda su carrera deportiva en el Espanyol. Era un periquito de los pies a la cabeza. Fue nombrado el nuevo capitán del equipo de sus amores, el heredero de Tamudo, una responsabilidad que le entusiasmaba. No era para menos. Llevaba en el club desde los 12 años, a donde llegó del CF Cooperativa de Sant Boi de Llobregat. Su fidelidad al club y su clase como jugador y persona lo convertirán en un símbolo. Su fallecimiento en Coverciano, a los 26 años, vuelve a poner de luto al mundo del fútbol, apenas dos años después de la muerte del sevillista Antonio Puerta.

Después de unos años de aprendizaje a la sombra de compañeros como Soldevilla, Lopo o el propio Mauricio Pochettino, actual entrenador del Espanyol, Jarque era en estos momentos uno de los titulares indiscutibles del equipo y uno de los futbolistas más destacados. Debutó en Primera División el 20 de octubre de 2002 en un partido ante el Recreativo de Huelva con Ramón Moya en el banquillo. Jugó los últimos nueve minutos y entró por Domoraud.

Comenzó a asentarse en el conjunto blanquiazul en la temporada 2004/05. Jugó 21 encuentros de Liga. Las últimas dos temporadas ha sido uno de los futbolistas más regulares, uno de los líderes del vestuario por su trayectoria y su carácter tanto dentro como fuera del terreno de juego. Central fuerte, rápido, impecable en el juego aéreo y contundente, se había convertido en el auténtico líder de la defensa perica. Jarque, formado en las categorías inferiores del Espanyol, fue internacional sub´21 en varias ocasiones y muchos pensaban que en un futuro cercano podía alcanzar la internacionalidad absoluta. El seleccionador Vicente del Bosque lo estuvo siguiendo en el estreno de Cornellà-El Prat y meditó convocarlo para el amistoso del 12 de agosto en Macedonia. Uno de sus mayores éxitos fue la conquista de la Copa del Rey frente al Real Zaragoza (4-1) en el Santiago Bernabéu en 2006. Asimismo, fue uno de los jugadores más destacados en la edición de la Copa de la UEFA de la 2006-07, en la que el Espanyol perdió la final ante el Sevilla por penaltis en Glasgow.

Jarque era íntimo amigo de Silva, Moyá, Iniesta y Cesc Fàbregas, y como la mayoría de compañeros formados en las categorías inferiores del club, tenía muchas ganas de volver a tener una casa propia. Sólo pudo jugar el pasado domingo 2 de agosto ante el Liverpool. «Para mí es un honor llevar el brazalete, es el club de mi vida», reconocía Daniel Jarque en su primera comparecencia como capitán del Espanyol 09/10. Sin olvidarse de Tamudo, el eterno portador del brazalete. «Es un icono, ha hecho muchísimas cosas por el Espanyol. Ha hecho muchísimos goles y hay que tenerle respeto. Además, sigue teniendo su peso en el vestuario y sigue dando su opinión», manifestaba hace apenas unos días.