Valverde es un entrenador exigente, meticuloso y que sigue pensando en el balón cuando se marcha de la Ciudad Deportiva. Ha llegado después de un legado de cinco años con Pellegrini, en los que el Villarreal ha crecido a velocidad de vértigo. El ´Txingurri´ espera prolongar «esta línea ascendente» con una apuesta continuista, «y sabiendo las cosas que han funcionado y que deben mantenerse». La guinda al proyecto ha sido Nilmar, el fichaje más caro de la historia del club. Hay mucha ilusión depositada en él, pero Valverde considera que el brasileño no es la estrella, sí el colectivo, con internacionales como Cazorla, Senna y Capdevila. Le ilusiona conquistar un título, sin que sea una «obsesión que nos pueda atenazar».

¿Cuántas veces le han recordado a Manuel Luis Pellegrini?

—En las entrevistas. En los demás ámbitos, muy poco. En el fútbol pasa todo muy rápido. Él ha estado aquí cinco años y yo en otros equipos. Cuando te marchas de un lugar, comienza otra etapa. Esta semana he estado con Juande Ramos. ¿Quién se acuerda ahora que era el entrenador del Real Madrid hace unos dos meses?

—¿Qué le supone el legado que ha dejado el entrenador chileno?

—Un estímulo. Sé perfectamente dónde estoy. El Villarreal es un equipo que ha estado los últimos años en los puestos de arriba, un club que ha hecho un esfuerzo para luchar por grandes cotas, que se ha convertido en un conjunto ambicioso apostando por buenos jugadores y un buen entrenador como es Pellegrini. Ahora me han contratado a mí y evidentemente tengo la ilusión de que el Villarreal siga en esa línea ascendente.

—¿Ha tenido que cambiar mucho?

—No. La base es la misma del año pasado. No hay muchos cambios. Han llegado varios futbolistas nuevos, algunos incorporados de fuera como Nilmar, Marcano y Oliva, y los otros tres chicos que han venido ya estaban aquí. Escudero no había jugado todavía, pero estuvo en Valladolid cedido, Jonathan Pereira y David Fuster, sí. Es una línea de continuidad. Luego cada entrenador tiene un método, opta por lo que cree que puede dar mejor resultado, pero sabiendo las cosas que han funcionado y que deben mantenerse.

—¿Cómo es el Villarreal 09/10 de Ernesto Valverde?

—Todos los entrenadores queremos lo mismo: marcar muchos goles y que nos hagan pocos. Luego cada uno lo explica y lo expone en el campo de manera diferente. Me gusta que mis equipos intenten llevar la iniciativa, que sean ambiciosos y que los aficionados lo reconozcan en el campo.

—¿Siente la exigencia de tener que conseguir un título?

—No especialmente. Todos los equipos están obsesionados con los títulos, no sólo el Villarreal. ¿A cuál no le hace falta? Llegar a ganar algo es muy difícil, nosotros vamos a participar en tres competiciones en las que hay un montón de clubes. Alcanzar todo es complicadísimo, pero la ilusión por llegar ahí la tenemos que mantener. Todos nos alimentamos de esas motivaciones, pero lo que no podemos hacer es que se transforme en una obsesión que nos atenace.

—¿Sería el premio a un club que está creciendo más que el resto?

—Si ganas un título un año, te vas de fiesta a celebrarlo y al día siguiente vuelves a empezar. En el fondo, el objetivo es llevar una línea determinada que nos haga disfrutar de lo que hacemos y que eso nos sirva para conseguir cosas importantes como un título. La mejor manera es estar ahí, en la zona alta. Cuando un equipo hace muchas ocasiones, rozando el larguero, al final entran. Falta algo de fortuna para dar el último salto.

—Ya está trabajando con el bloque que comenzará la temporada. ¿Le gustan las plantillas cortas?

—Con 21 ó 22 estamos bien. Hay futbolistas que pueden jugar en varias posiciones como Marcano o los de los costados, Cazorla, Pirès, Cani e Ibagaza, que también puede jugar en el mediocentro. Más o menos lo tenemos todo cubierto.

—¿Nilmar es el líder del proyecto?

—No veo al Villarreal como conjunto con una estrella concreta.

—Ni por ser el fichaje más caro de la historia del club.

—Es un jugador que tiene su responsabilidad, es un fichaje importante y tenemos mucha ilusión en él, pero no le cargaría la presión por esa etiqueta. ¿Cazorla no va a tener responsabilidad por ser internacional?, ¿O Capdevila y Senna que están para jugar un Mundial a la vuelta de la esquina?

—Se habló mucho de Negredo.

—Era la otra posibilidad. Se fueron Nihat y Guille Franco, llegó Jonathan Pereira y necesitábamos un delantero. Son diferentes... pero ambos puntas y goleadores.

—¿Le preocupa el estado físico de Senna que se perdió la Copa Confederaciones por una lesión al final de la pasada temporada?

—Al principio es verdad que nos preocupamos porque tenemos la sanción de Eguren para la UEFA Europa League. Nos hacía estar precavidos. Ahora lo veo muy bien y creo que estará en condiciones.

—¿Ha temido alguna vez por el adiós de Santi Cazorla?

—Cuando se habla tanto de un jugador al final hay que ponerse en guardia. Cuando surgió todo al principio estuve preocupado porque Santi es un jugador muy importante para el Villarreal. Según iba hablando con el club, me iban diciendo que no iba a salir. Menos mal porque yo no quería que se marchara. Pero una cosa es lo que opine el entrenador y otro como surgen las ofertas, ahí no entro.

—Ya son dos veces que el Real Madrid intenta firmar a Cazorla y recibe ´calabazas´.

—Esos son negociaciones entre clubes. El Real Madrid tiene al entrenador que tenía el Villarreal.

—¿Recuerda la conversación Casilla-Cazorla del verano pasado?

—Santi está a gusto aquí, y nosotros muy contentos con él.

—¿Una de sus misiones será recuperar al mejor Rossi, que terminó el pasado ejercicio gafado?

—Las vacaciones le han venido bien. No es malo tener unos cuantos delanteros porque cada uno está inspirado en un momento determinado. Es una cuestión psicológica. Se automotiva y las mete todas, y cuando dice que está mal, no hay manera de cortar la sequía.

—En su plantilla tiene a Jonathan Pereira, un jugador que le ´armó el taco´ cuando estaba en El Pireo.

—Si, sí. Fue en un amistoso. Hizo un partido tremendo, la gente de Atenas le dio una ovación increíble cuando se retiró del campo y eso tiene mucho mérito. Ha firmado una gran temporada en Santander. Seguro que nos aportará muchísimas cosas.

—¿Tenía ganas de volver a España?

—Tenía el gusanillo de la Liga, aunque en Atenas me han tratado muy bien. El Olympiakos se ha portado de maravilla conmigo.

—¿Qué diferencias hay entre el balompié español y el heleno?

—Al fútbol griego le falta la organización, en cuanto a equipos, del español. También más ritmo e intensidad de juego. Y lo que tiene es que es muy apasionado, el campo es una fiesta, es difícil jugar fuera de casa. Los aficionados ayudan mucho a la hora de ganar partidos.

—Se acordarán mucho de usted porque conquistó el doblete.

—Y yo también de ellos. El inicio no fue bueno, pero poco a poco fuimos tirando. Fue un éxito.

—¿Cómo es el Valverde técnico?

—Los entrenadores somos siempre gente muy obsesiva con lo que hacemos porque estamos muy expuestos a los resultados. Queremos mejorar, corregir todos los errores y que nuestro equipo juegue perfecto. El fútbol es un juego de fallos y es normal equivocarse, pero intentamos que no pase nunca, aunque es muy difícil y genera cierta tensión. Siempre le estás dando vueltas a las cosas. He sido jugador y es lo mejor que hay, disfrutas con el juego, estás metido en él, pero ser entrenador es bastante más complicado porque te lo comes todo.

—¿Cuánto tiempo dura el fútbol cuando se marcha a casa?

—Eso no se acaba. Ahí está el problema. Sigues pensando en el balón, y aumenta o disminuye según las rachas que tengas. También hay tiempo para la familia, pero el fútbol normalmente lo llevas a casa.

—¿Qué encuentros ha señalado en el calendario como especiales?

—Siempre miras los partidos contra tus ex equipos, el Espanyol, el Athletic, también los de Madrid y Barcelona, y analizas el orden de los del Valencia, que son un duelo regional y se viven de una forma diferente. Este año es más ligero, no están los llamados ´Alpes´.

—¿Cómo es su relación con Emery?

—Nos hemos visto algunas veces, es una persona cordial. He coincidido en alguna pretemporada: el año pasado, por ejemplo, con el Olympiakos en Ermelo.

—¿Sigue la actualidad deportiva e institucional del Valencia?

—Los temas de acciones no los entiendo muy bien. Desde fuera me fijo más en la parte técnica. El Valencia estará arriba. Sólo hace falta mirar lo que se han peleado Real Madrid y Barcelona por sus jugadores. Villa, Silva, Mata, Pablo? me metería en un lío si dijera que me quedaría con alguno de ellos.