El 25 de enero de 2006 todavia es recordado por la afición del ValencIa. Ese día, Valencia y Deportivo disputaban la vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey.

Tras marcar Villa, en la primera parte, el gol que igualaba la eliminatoria, su asistente Egido Rozas recibió el impacto de un objeto que le abrió una herida en la ceja. Ni cortó ni perezoso, Megía Dávila decretó la suspensión del partido al grito de "nos vamos". Por cierto, Vicente Egido Rozas tampoco superó las últimas pruebas físicas celebradas el pasado 18 de agosto en las instalaciones de la Albericia en Santander.

Pero la historia no acaba ahí. En la reanudación, a puerta cerrada, su actuación levantó las iras de los jugadores y técnicos del Valencia, que se sintieron muy perjudicados. De hecho, decretó un penalti inexistente a favor del Deportivo que le costó la eliminación al Valencia.

El Valencia, presidido entonces por Juan Soler, presentó una protesta oficial y Carlos Megía Dávila estuvo dos años y ocho meses sin pitar en el estadio valencianista.

No fue ésta su única actuación polémica con el Valencia, pero sí la más sonada.