¿El vestuario le ha gastado muchas bromas al clan uruguayo?

—Bastantes, sobre todo Juanlu, y principalmente durante la primera semana, pero siempre de buen rollo. A Christian (Stuani) ya lo conocía, a Gustavo (Munúa) también, aunque menos . Es una suerte tener a dos compatriotas en el vestuario, te da ventaja a la hora de estar con el grupo, de integrarte más rápido porque ya conoces a gente. Nunca había tenido un vestuario con tantos uruguayos.

—Stuani tenía ganas de que viniera al Levante. Pasó buenos informes.

—Para eso están los amigos (sonríe). Jugamos juntos. Siempre habla muy bien de mí, y yo de él. Es un goleador, un definidor excelente, que se mueve muy bien en el área, que busca la posición para quedar de cara a gol. Espero que lo demuestre en el Levante; creo que lo va a conseguir. Después está el tema personal; es buena gente, muy sencillo.

—¿Nacho González es mediapunta, centrocampista ofensivo, o un jugador de banda izquierda?

—Toda mi vida jugué de enganche. Generalmente he militado en equipos con dos o tres delanteros y siempre he actuado por detrás de ellos. En Sudamérica jugaba de enganche clásico, con el número ´10´. En Europa cambia los sistemas y la percepción es algo diferente. De centrocampista ofensivo he jugado muy poco, creo que lo podría hacer también. Donde me siento más cómodo y he actuado con más regularidad es de mediapunta. En esa posición, por la experiencia, creo que puedo hacer mejor las cosas. Pero el jugador se tiene que adaptar a lo que le pida el técnico, y donde diga intentaré dar lo mejor de mí.

—De enganche está Rubén, el máximo goleador del Levante las dos últimas temporadas. Aunque podrían jugar los dos de inicio.

—Si en un equipo hay buenos jugadores pueden jugar juntos en cualquier momento. Rubén lo es. El año pasado hizo trece goles y si podemos compartir titularidad, pues mejor. Sino tendremos que competir, será todo leal. La decisión la tiene el míster y seguro que hará lo más beneficioso para el equipo.

—Es curioso que la oportunidad le ha llegado en Valencia, pero en el vecino. ¿Qué conocía del Levante?

—Cuando llegué a Valencia conocía muy poco del Levante. Sabía que estaba en Segunda División. La temporada pasada, como dicen todos, fue la gran sorpresa. Por presupuesto no estaba entre los equipos para subir, pero en base al grupo, a la unión y que cada uno sacó lo mejor de sí, pudieron ascender. Lo mejor es que ese bloque permanece. Desde que llegué me han recibido muy bien; hay muy buen ambiente. Sabemos que tenemos limitaciones, pero vamos todos a un mismo lado para sacar adelante la permanencia. Será un objetivo difícil, pero estamos convencidos de que lo podemos lograr si hacemos lo que nos pide el entrenador: no desconcentrarnos en ningún momento por más que recibamos un gol, o por cualquier otra circunstancia, y estar bien ordenados tácticamente. Mi deseo es que el Levante se consolide en Primera.

—En Orriols, el VCF le tiene más controlado.

—La salida fue lo mejor por las dos partes. Tenía muchas ganas de jugar y en el Valencia no iba a tener oportunidades. Cuando se dio el caso del Levante me puse muy contento porque me quedaba en la ciudad, que ya la voy conociendo poco a poco, porque además hay dos paisanos en la plantilla, y sobre todo que mi deseo es jugar en España, que me conozcan, que me vean. Salió una posibilidad en Grecia, pero allí no quería regresar.

—Una de las claves para que esta cesión dé resultado es que el equipo siga siendo una piña.

—Por supuesto. Los que hemos llegado intentaremos que ese buen ambiente se mantenga porque es esencial para conseguir los objetivos. Quizás nos falta el nivel de otros equipos, que nos impide poder dar ese salto de calidad, pero esas carencias se suplen con la unión del colectivo. La idea es mantener el perfil del año pasado. Lo vamos a conseguir.

—¿Ya ha podido poner música uruguaya en el vestuario?

—Yo me adapto a lo que sea. En Europa está el tema de la marcha, la electrónica. Pero aquí también se escucha mucha música española. Está claro que también tengo mi música uruguaya, que la pongo en casa o en las concentraciones.

—¿Qué es lo que más destacaría de su nuevo vestuario?

—Los chistes que hacen, las bromas, la música al máximo volumen… son muchas cosas.

—Ha tenido que pasar mucho tiempo para poder ver a Nacho González en acción en España.

—Sólo he estado seis meses en el Valencia y con muchos problemas físicos. Cuando me compra el VCF me voy cedido al Newcastle y allí tengo la lesión del Tendón de Aquiles. Cuando vuelvo, producto de la inactividad, sufro otras lesiones que no me dejan estar en mi nivel. En el Valencia había un plantel competitivo y no tuve mi oportunidad. Con la idea de ir al Mundial, me fui a Grecia (Levadiakos) para sumar minutos, y al final se cumplió el objetivo de ir a Sudáfrica. Ahora es otra historia, estoy más tranquilo y tengo más posibilidades de jugar, pero dependerá de mí, de cómo lo haga. Tengo toda la temporada para demostrarlo. Me encuentro bien físicamente, que eso es lo más importante.

—Luis García tiene mucha confianza en las incorporaciones.

—Nos anima muchísimo, apoya a todos los jugadores, va al máximo con cada uno. Trata de unir mucho al grupo, por eso el año pasado se consiguió el ascenso. Nos pide que tengamos mucha voluntad, que tengamos ganas de entrenar bien, de superarnos y de no bajar los brazos nunca. Insiste mucho en la concentración, en el orden táctico, en no perder las marcas y que cuando tengamos una oportunidad no la desaprovechemos. A todos estos factores del juego tenemos que darles mucha importancia.

—Y que no protestéis tanto, que se pierde mucho tiempo.

—Es verdad (sonríe). Por naturaleza, el futbolista protesta mucho. En los partidos pitan cosas que no quieres, como ya pasó ante el Sevilla, pero una vez que pasa no hay marcha atrás aunque protestes, como también en los entrenamientos ya que el cuerpo técnico no quiere perjudicar a nadie. Los jugadores debemos entender que lo que señala un árbitro se queda en el terreno de juego. A veces también con el cansancio surge eso y el futbolista se transforma.

—¿Escoció mucho el 1-4?

—Siempre duele perder, sobre todo hizo daño el marcador abultado… y la forma. Nos pusimos en ventaja a los nueve minutos, que quizás antes del partido no lo pensábamos, pero no pudimos mantener el 1-0 nada ya que al minuto nos empataron en una jugada que al principio pensé que era fuera de juego, pero al verlo después por la televisión comprobé que el rival estaba habilitado. El Sevilla tiene muy buenos jugadores, un gran plantel, con individualidades muy importantes que desequilibraron la batalla. Posteriormente llegó el penalti, que es fuera del área, y ya con el 1-2 se pusieron a manejar la pelota. Venían con más ritmo de fútbol, con cuatro partidos más, aunque no les salieron muy bien las cosas, con mucha presión tras quedarse fuera de la Liga de Campeones y perder la Supercopa de España. Con el tercer tanto quedó el partido liquidado. Sabíamos que podíamos perder, pero ahora viene otra historia, el Getafe. Como nos dijo el míster, hay que cambiar el chip porque la competición es muy larga.

—El inicio del calendario es muy duro, pero es lo que tiene ser la ´cenicienta´ de la Liga BBVA.

—Vamos jugar contra todos. Cada encuentro es una batalla, es una guerra. Hay que dejar de lado la derrota ante el Sevilla e ir a Getafe con la idea de sumar y si es posible los tres puntos. Vamos a darlo todo en cada partido para puntuar con regularidad.

—Y con la ilusión de ser titular en el Coliseum después de los buenos minutos en el estreno.

—Claro que sí, como también lucharán el resto de mis compañeros. Me sentí bien ante el Sevilla. Estoy cogiendo ritmo porque estaba apartado en el Valencia. Llevaba dos meses sin hacer fútbol. La semana pasada ya lo conseguí, sorpresivamente entré en la convocatoria y sorpresivamente jugué. Es importante no jugar este fin de semana para ir comprendiendo aún más las ideas del entrenador. Han sido unos días de bastante carga de trabajo y a partir del lunes (por mañana), tocará pensar en el Getafe.

—El miércoles le ovacionaron sus compañeros en el encuentro ante el Levante B.

—Sí, sí (sonríe). Salió muy bien, fue un buen partido de entrenamiento. Lo más importante era darle intensidad al juego y poner muchas ganas después de un día anterior con doble entrenamiento. Jugamos contra el filial y tuve buenas sensaciones.

—¿Hay muchas diferencias entre el día de blanquinegro al de azulgrana?

—Lo más diferente es el tema de la prensa, de la presión, de la dimensión social. En el Valencia se vive con más intensidad el día a día, hay más competencia. Pero igualmente son vestuarios muy parecidos, en el VCF también hay muy buen ambiente, aunque los objetivos son diferentes ya que allí el objetivo es estar en la Liga de Campeones.

—¿Y entre Unai Emery y Luis García?

—Son dos técnicos jóvenes, que trabajan muy bien. Con Unai estuve cinco o seis meses. Debe pasar un tiempo para comprender a un entrenador. Ahora estoy conociendo a Luis y las sensaciones son excelentes. Son métodos muy modernos, de espacios cortos, reducidos. Cada día es un trabajo distinto y eso al jugador le gusta.

—¿Quiere quitarse en el Levante alguna espina clavada?

—No se dio el momento, en el Valencia no estaba en condiciones físicas para jugar. Tuve muchas lesiones en ese tiempo. No tengo ningún problema con Unai, no hay ningún rencor. Tampoco me ha visto en mi mejor nivel y espero que lo pueda coger este año en el Levante.

—Es una pena que no pueda jugar el derbi (tampoco Del Horno) por una cláusula en el

contrato de cesión.

—Son cosas que pasan. El Valencia cede y paga parte de la ficha. Lo tenemos que aceptar.