Ronaldinho, Deco, Samuel Etoo, Ibrahimovic... En dos años al frente del FC Barcelona, Guardiola ha demostrado que no quiere cromos de primer nivel ni estrellitas si estas no están totalmente comprometidas con el colectivo y la filosofía de la entidad azulgrana. El ´filósofo´ ha demostrado que es capaz de morir con sus ideas y no quiere elementos subversivos, luchas de egos o personalidades polémicas dentro de casa. Ese es el motivo por el que descartó la incorporación de jugadores como Mesut Özil o Robinho, al menos esa es la respuesta que ofrece el entorno azulgrana.

Pep se ha mantenido fiel al vestuario y optando por mejorar el escenario de jugadores como Bojan y no tensar otros como el de Iniesta o David Villa. Ambos habrían podido ser jugadores del Barcelona, pero para Guardiola ofrecían dudas futbolísticas y sobre todo de encaje en el vestuario. En el caso del alemán, el jugador tiene un perfil parecido a futbolistas como Iniesta o Pedro, con gran capacidad de asociación, talento para el último pase y tremendamente dañinos entre líneas. Al alemán le gusta jugar con libertad y necesita sentirse importante, algo que en el Camp Nou no le garantizaban.