La junta del Barcelona aprobó ayer un código ético para el buen gobierno de la entidad con el que se busca «la excelencia en la gestión, dotándola de transparencia y honestidad», según explicó el portavoz de la directiva, Toni Freixa.

Este código ético, que vincula a los miembros de la junta directiva, a los de las distintas comisiones y a los ejecutivos del club, condena algunas de las prácticas en las que supuestamente incurrió la junta saliente, presidida por Joan Laporta. Así, el código prohíbe expresamente las prácticas que generen conflictos de intereses, la contratación laboral de familiares, la asunción de gastos suntuosos, desproporcionados o injustificados, el cobro de comisiones o la comisión de actos que atenten contra la buena imagen del club. Freixa anunció que se va a crear una comisión de control y transparencia, «integrada por un miembro de la junta y de personas de reconocido prestigio del mundo empresarial y desde el punto de vista ético», que velará por el buen gobierno de la entidad.

Por otra parte, el portavoz de la junta negó cualquier filtración a la prensa de la ´due dilligence´ que ha encargado la directiva que preside Sandro Rosell para conocer con exactitud la situación financiera y contable del Barça. Por su parte, el ex presidente Joan Gaspart espera que «ojalá se levanten las alfombras» y se publique lo que pasó en 2003, que no vio nunca la luz.