Luis García prefirió morderse la lengua en el Alfonso Pérez. Públicamente no es un técnico que desgrane las vergüenzas de sus equipo; siempre expone un discurso colectivo. Es en las entrañas del vestuario, sin cámaras ni micrófonos, donde se puede ahondar en los detalles. Es cierto que sólo se han jugado dos jornadas, pero ante el Getafe se agravaron los errores del primer partido. Después de un regreso nocturno, parco en palabras y de mucha reflexión, la plantilla se puso el ´mono´ de entrenamiento entre caras largas.

Luis no esperó a analizar al detalle el video de la derrota y desgranar los errores —hoy es el momento puesto que hay jornada descansar— para transmitir a sus jugadores las lagunas del Coliseum. Ayer, durante media hora, el técnico volvió a reclamar concentración, agresividad y conseguir un grupo fuerte, homogéneo y sin fisuras desde el primer minuto al último, con prolongación incluida, sobre todo por los dos goles pasado el 90. Mañana será el primer momento de demostrar ese espíritu de mejoría. El domingo está el Villarreal, otro adversario que compite en Europa.

Que únicamente se han disputado un par de partidos es el único salvavidas al que se agarraban jugadores y directivos tras el 4-1. Bastaba con ver sus caras para entenderlo. Incluso a un profesional como el preparador físico Estanis Asensi, optimista por naturaleza, le costaba encontrar argumentos positivos. La sensación de remontada tras el tanto de Rafa Jordà se quedó en un espejismo tras la concatenación de errores en tres minutos finales horribles. En esos momentos, la experiencia en la categoría no es sinónimo de éxito. Sólo Ballesteros resistió en la defensa ante el ´Geta´. Y de nuevo cuatro goles en las redes de Gustavo. Sin embargo sería injusto centrar todas las miradas a la defensa para argumentar este aroma de fragilidad. La realidad es dolorosa, pero solamente se han puesto en liza seis puntos. Ahora toca mejorar. Peor se antoja un imposible.

El ejemplo de la 2006/07

Tampoco fue benévolo el calendario con el Levante de López Caro en la temporada 2006/07. El bombo emparejó a los granotas de inicio con Sevilla y Real Madrid; un arranque exigente. En Nervión no hubo margen a la sorpresa: 4-0, con tres goles de Kepa. Tampoco la jornada siguiente ante el Real Madrid por la voracidad de Van Nistelrooy (1-4). Ettien no consiguió eclipsar ni un segundo al tulipán, que firmó tres dianas. En el tercer envite del campeonato, el Levante visitaba Huelva como colista, también con ocho goles en contra. Los pronósticos no eran halagüeños, pero la cabeza salvadora de Alexis quebró la dinámica negativa frente al decano del fútbol español.

Hubo cambio en el banquillo tras el 3-0 en Mestalla, los granotas eran cuartos por la cola, Abel Resino se hizo cargo del equipo y se selló la permanencia en el derbi de la segunda vuelta. Dos años antes, en el regreso a Primera tras el histórico ascenso en Chapín, el Levante arrancó mucho mejor, e incluso durmió una jornada en puestos UEFA tras vencer por la mínima al Athletic. El inicio, con cuatro puntos de seis, desató la locura en Orriols. Sin embargo, el vestuario se desinfló, se precipitó, el efecto del ´Mallorca es carne de Segunda´ supuso el empujón definitivo, Schuster fue destituido y Oltra no solventó el caos deportivo.