Fernando Llorente, gran protagonista con su doblete en el triunfo de España ante Lituania en Salamanca (3-1), promedia una media de 0,54 goles por partido, tras marcar seis en once apariciones con la absoluta, que le asemejan a lo que consiguió Fernando Morientes (0,57) y acerca a la media de David Villa (0,63).

Destapó su cara goleadora Llorente con la 'Roja' ante Lituania, explotando su potencia en el juego aéreo con dos cabezazos, que suben su media goleadora y le sitúan entre grandes artilleros.

El delantero del Athletic Club de Bilbao debutó el 19 de noviembre de 2008, ante Chile (3-0 en Villarreal). Desde entonces ha jugado minutos en once encuentros y ha marcado además del doblete de ayer a Lituania, a Sudáfrica en la Copa Confederaciones, y en encuentros amistosos a Inglaterra, Arabia Saudí y Argentina.

Le hace promediar 0,54 tantos por partido, una media que recuerda a la de Fernando Morientes, que disputó 47 encuentros y marcó 27 goles (0,57), y que le acerca al que está a punto de convertirse en el mejor goleador de la historia de la selección, David Villa, que lleva anotados 43 tantos en 68 partidos (0,63).

"Estoy muy feliz por ayudar a la selección", reconoce Llorente. "Ante Lituania además fueron dos goles importantes porque nos permitieron adelantarnos las dos veces en un partido que se complicaba".

"El ritmo que lleva Villa es muy difícil de seguirlo, yo sólo intento aprovechar los minutos que me da el seleccionador. Ojalá que siga confiando en mí y pueda seguir aportando goles", añadió.

Resulta inalcanzable la media de un gol por partido que protagonizó el delantero Telmo Zarra, con 20 tantos en los mismos partidos disputados. El segundo jugador con mejor media es Alfredo Di Stéfano, que marcó con la selección española 23 goles en 31 internacionalidades (0,74).

Para la carrera de Fernando Llorente en la selección absoluta siempre habrá un día clave. Fue en los octavos de final del Mundial 2010, cuando con el partido trabado ante Portugal su aparición cambió la dinámica y guió al triunfo.

"Ese partido ante Portugal en el mundial nunca lo olvidaré. Me dio mucho ánimo y me hizo sentirme orgulloso de estar en la selección. Siempre lo recuerdo e intento aprovechar al máximo cada oportunidad que recibo", admite.

Ante Lituania de poco le importó llegar con el tobillo derecho con un gran hematoma, por una fuerte patada que recibió con el Athletic Club ante el Valencia. Ni tampoco que le rompiesen el labio en la primera llegada al área de España.

"La pelea dentro del área fue muy intensa. Ya en la primera jugada sufrí un claro penalti por un manotazo que me rompió el labio. Mereció la pena el premio que tuve más tarde. Con los dos goles ni me duele el tobillo, ni el labio, ni nada".