Francisco Moliner se ha convertido en el nuevo presidente del Castellón y pretende agarrarlo a la categoría de bronce. Este empresario de Vall d’Uxó llegó a un acuerdo con Blasco y Osuna para adquirir el 86% de las acciones que poseía la empresa Castellnou 2005. Sus primeros días en el cargo son de auténtica locura. Y es que está en juego la supervivencia del club albinegro en Segunda B. Para lograrlo, está dispuesto a poner dinero de su bolsillo si las instituciones se involucran. Pese a que la RFEF comunicó el pasado jueves el descenso a Tercera del Castellón, todavía hay un halo de esperanza en Castalia con la entrada de Moliner. Las jornadas de hoy y mañana se antojan decisivas para saber si la entidad salva esta auténtica bola de partido. Las próximas horas se antojan frenéticas. Los nervios estarán a flor de piel. La recompra de la plaza en la categoría de bronce es la opción por la que apuesta el nuevo mandatario. Antes que solicitar la suspensión cautelar, dado que habría que esperar unos meses a la resolución del juez y la competición a buen seguro estaría en pleno funcionamiento.

Recuperar la plaza en Segunda B antes del miércoles es el objetivo de Francisco Moliner. El dinero que se necesita para ello oscila en torno a los 510.000 euros y para conseguirlos se antoja primordial que la Diputación de Castelló y Aerocas —empresa que gestiona el aeropuerto de Castelló— hagan de inmediato frente a las deudas que mantienen con la entidad. La Diputación adeuda 190.000 del convenio 2010/11 y 60.000 euros del futbol base; Aerocas 132.000 por intereses del 2009 y 2010 más el convenio del 2010/2011 cifrado en 250.000 euros. Todo sumaría 632.000 euros, a lo que habría que añadir las cantidades pendientes por el Ayuntamiento de Castelló, que avaló ante Bancaja la subvención de 700.000 euros. Sino no puede entrar todo el dinero de golpe, Moliner exige a las instituciones que abonen de inmediato 300.000 euros. El nuevo mandatario del Castellón aligerará los contactos con el presidente de la Diputación Javier Moliner para hacerle ver que no puede esperar más, que el dinero tiene que entrar. En caso de que en las próximas horas se abonen los 300.000 euros, el reciente presidente albinegro pondrá los 210.000 restantes de su bolsillo para marcharse hacia Madrid y depositar el dinero que permitiría comprar la plaza en Segunda B. El propio Moliner asegura en sus círculos más íntimos que ya ha entablado conversaciones con la AFE y con la RFEF, y que ambos organismos le han asegurado que con dicha cantidad volvería a ser de bronce pese al descenso administrativo del pasado jueves.

Francisco Moliner entra con fuerza, pero quiere ayudas: «Damos un paso adelante por Castellón, por su equipo de futbol y por su historia. Lo hacemos con la ilusión de crear un proyecto que ilusione a los seguidores y vuelva a unir a la afición, instituciones y jugadores en torno a los colores del club». El mandatario fue más allá: «La venta se ha cerrado y ahora necesitamos hablar con las instituciones. Presentaremos nuestro plan de viabilidad. Si contamos con el respaldo de Alberto Fabra y Javier Moliner, seguiremos en Segunda B». El nuevo mandatario, que no quiso desvelar el montante de la operación económica que le supuso la compra del club, mira más allá: «Primero hay que salvar la categoría y después debemos cerrar los ingresos que va a manejar el club. Según las subvenciones y los ingresos estimados por publicidad, entradas y patrocinios realizaremos un presupuesto u otro. Queremos también la consolidación del fútbol base».

Nueva manifestación

Por otro lado, la afición se concentró ayer en la plaza del Ayuntamiento para ‘presionar’ a las instituciones, que tienen ahora la pelota en su tejado. Salvar el club depende buena parte de ellos, que deben reflotar en las próximas horas las maltrechas arcas.