Villa echa de menos Valencia. El Guaje recuerda con nostalgia su etapa como blanquinegro y los sentimientos que se palpitan cuando pisa Mestalla van del cariño al enamoramiento. No hace falta remontarse muy atrás en el tiempo, la última visita del asturiano discurrió de manera dulce: palmas, ovación e intercambio de elogios. La parroquia valencianista lo siente todavía como suyo y él también se considera parte del club donde se hizo estrella. Barcelona y el Barça son dos gigantes, allí tiene títulos y un retumbo mundial, pero el feeling no es el mismo, al menos, no el mismo que recorría su cuerpo hace dos años. Valencia le adora y él adora la ciudad.

Según la información contrastada por SUPER, el asturiano no termina de sentirse cómodo en el Barça, no está a gusto del todo, y así se lo ha hecho saber al entorno del propio Valencia CF. La operación retorno es ciencia ficción. Un asunto quimérico porque la hucha de Mestalla no admite lujos de semejante dimensión. Es un sueño. Mientras, Guardiola tiene al máximo goleador de la historia de la Selección, a todo un campeón de Europa y del Mundo, reciclado como extremo izquierdo. El asturiano ha asumido las suplencias y su rol de gregario, en cada entrevista regala elogios. En cambio, la falta de reciprocidad de Messi no gusta.

Desde su llegada al Camp Nou, El Guaje se ha zambullido de lleno en la historia culé. Por el resultado y por el gol, cuando alguien recuerde la final del Nuevo Wembley, saldrá su nombre. Sin embargo, como se relató ayer en las páginas de este periódico, la falta de sintonía personal con Leo Messi está boicoteando su realización profesional. El exvalencianista no va a reconocer públicamente la fricción. Hace unas semanas enunció maravillas del argentino: «Más allá de cómo juega, hay un Messi compañero excepcional que se gana nuestro cariño no sólo por lo que nos da en el campo sino también, y más importante, por cómo comparte en el vestuario, por cómo es», aseguró para el periódico ´El País´. Pese a todo, el affaire quedó patente durante el choque ante el Viktoria Pilsen en el Camp Nou. El asturiano remachó a gol una jugada personal del argentino, Messi se quedó por el camino. Lejos de la celebración de su compañero, miró a otro lado e hizo como si no fuera con él.

Réplicas para SUPER

«¿Que Villa y Messi no se hablan? Pues el otro día se pasaron todo el viaje de vuelta jugando juntos al parchís». Así fue como Sandro Rosell intentó neutralizar la información publicada por SUPER. El presidente del Barcelona calificó de «animalada y tontería» un testimonio que se ajusta totalmente a la realidad. El tema corrió como la pólvora por Madrid y Barcelona. Messi también fue requerido por los medios y la réplica del argentino al respecto no fue diferente de la versión oficial del máximo mandatario: «Lo más importante es que Villa y yo sabemos que es mentira. No estoy peleado con El Guaje. No tengo problemas con él ni con ningún otro compañero». Las victorias y la condición de elemento decisivo del ´10´ azulgrana actúa de impermeable frente a cualquier crítica ´fuera de lugar´. El argentino no podía decir otra cosa.