Lo vivido ayer en el partido de fútbol que disputaron el equipo local, el Al Masry, contra el Ahly, sigue dando qué hablar. Egipto es ahora mismo un caos después de que 74 personas perdieran la vida y unas 250 resultaran heridas en Port Said. La prensa del país se tiñó de luto por la tragedia. ‘El guión del caos’ o ‘masacre en Port Said’ fueron algunos de los titulares más impactantes. Los medios del país se hicieron eco de los hechos violentos que ocurrieron, de las víctimas y del problema político que ha podido originar esta fatalidad.

Ayer hubo manifestaciones accidentadas por las calles y a las puertas del Ministerio del Interior egipcio. Allí es donde se desataron más enfrentamientos. Agentes antidisturbios de la policía se enfrentaron a hinchas del club de fútbol Al Ahly.

Las fuerzas de seguridad se vieron obligadas a lanzar gases lacrimógenos para tratar de dispersar a la multitud. Por su parte, los manifestantes lanzaron piedras desde la calle Mohamed Mahmud, cercana a la plaza Tahrir de El Cairo. Aunque los disparos de los botes de gas eran al comienzo esporádicos, cada vez fueron con mayor frecuencia. La primera línea de contención de los manifestantes estaba formada por las fuerzas de seguridad del Ministerio del Interior, pero en la retaguardia, junto a la sede gubernamental, se hayaban vehículos blindados del ejército egipcio.

Los enfrentamientos se concentraron mayoritariamente en la calle Mohamed Mahmud, que ya vivió en noviembre graves disturbios en protestas contra la Junta Militar egipcia, y en sus aledañas, donde todos los comercios tuvieron que cerrar sus puertas.

Los hinchas del Al Ahly, que estaban acompañados por aficionados de otros clubes y de manifestantes contra la cúpula castrense que dirige Egipto, consideran que las fuerzas de seguridad consintieron la masacre del estadio de Port Said. En el país ya se están tomando medidas drásticas. El primer ministro egipcio, Kamal el Ganzouri, comunicó al Parlamento, en una sesión extraordinaria, que el Gobierno aceptó la dimisión del gobernador de Port Said, el general de División Mohamed Abdulá, y cesó a los dos mandos policiales responsables de los agentes desplegados en el estadio de esta localidad por los incidentes.

Mano dura en la Federación

Por su parte, el ejecutivo también destituyó a todos los miembros de la Junta Directiva de la Federación egipcia. Los directivos de dicho organismo deportivo deberán prestar declaración para arrojar luz sobre los que decidieron autorizar la celebración del partido, a pesar de la alta probabilidad de que se registraran enfrentamientos violentos. Además, el fiscal general de Egipto, Abdel Meguid Mahmoud, ordenó ayer interrogar a los 51 detenidos por su presunta implicación en los incidentes violentos registrados en Port Said. Tras realizar una visita de inspección al estadio, Mahmoud solicitó a todos los ciudadanos con vídeos de los incidentes que los remitan a la Fiscalía General para poder esclarecer lo sucedido.

Por otro lado, la Liga de Egipto ha quedado suspendida de manera indefinida por la terrible tragedia. Además, el Al Ahly decidió suspender las actividades deportivas de todas sus secciones hasta nueva orden. El presidente de uno de los clubes deportivos más populares del continente africano, Hasan Hamdi, anunció también que sus equipos no volverán a disputar en los próximos cinco años en la localidad de Port Said. La suspensión de los partidos afectará a todas las competiciones, tanto nacionales como internacionales.